Una especie de vacío legal permite que hospitales estadounidenses envíen de vuelta a su país de origen a migrantes en condiciones críticas, sin tener que rendir cuentas a nadie. Es una práctica que algunas organizaciones describen como “deportación médica”, porque los casos siguen un patrón: personas sin papeles y sin seguro médico que tienen un accidente y terminan internadas, muchas veces en coma, y el hospital busca deportarlas para ahorrarse los costos de internación. Esta semana cubrimos el caso de Marvin, un hombre guatemalteco de 49 años que está en coma desde mediados de junio en Louisville, Kentucky. Su hija Virginia nos cuenta su historia y nos explica la decisión imposible que le pidió tomar el hospital: desconectar a Marvin de las máquinas que lo mantienen vivo, o deportarlo. Para entender cómo funciona este procedimiento hablamos con Adrianna Torres-García de Free Migration Project, una ONG que ha investigado estos casos y que logró un cambio en Filadelfia que podría sentar un precedente para el resto del país.
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