Hola, qué tal amigos de Rock and Goal estamos muy contentos Vic y yo porque hoy es un día muy especial. Hoy es la fecha favorita de mi queridísimo amigo y compañero Victor. ¿Cómo estás Pam? ¿Cómo estás? Me da mucho gusto estar contigo. El día de hoy me imagino que cansadita o no. Sí, vengo un poco crudita. Me imagino que muchos de los que nos escuchan con periodicidad el día de hoy no lo están haciendo porque han de seguir dormidos. Segur.
Esperemos que en la semana poco a poco se vayan despabilando. Exactamente, que se vayan recuperando y que el recalentado sea muy bueno para que se recuperen. ¿Cómo te fue mi Pam? Me fue muy bien. Sabes que yo vengo más llenita que borrachita. Tú cómo vienes más llenito que borrachito. Igual, fíjate que igual que tú. Igual que tú. Porque yo la verdad digamos que las bebidas de apendejantes no nos llevamos muy bien que digamos, no porque no me gusten, sino porque
soy muy malo para aguantarlas. Entonces con media ya uno anda sintiendo que la virgen le habla justamente y en estos momentos lo que menos queremos es que eso pase. Claro, porque Navidad es como más estar en familia como de comer rico más que de ponerte una guarapea de aquellas. Exacto, porque si no es más es eso. La gran mayoría de la gente se centra más en la comida. Claro, que en la bebida. Si las posadas, la previos y quién sabe cómo les habrá ido a los demás,
a mí me fue bastante bien en posadas. La verdad no estuvo nada grave y no tuve, así como mucho, mucho. ¿Tú qué de posadas cómo te fue? Pues me fue bien. Sí. Hasta mil pesos me gané por ahí. Me siento muy suerte, ando con suerte. Tuviste buena suerte en el, en este caso no fue en el juego, pero si fueron de azar, al final de camino fue una rifa. Y en el amor, pregunta. Y eso a ver, afortunada en el juego. Dejemos ese tema. Oye, ¿y qué te trajo Santa? ¿Qué te regalaron? Justo te iba
a preguntar que si no te trajo Santa a nadie por ahí apareció en tu árbol. No, esos temas no, son sensibles aún. ¿De plano? De plano. Ojalá te lo traigan los reyes por lo menos, todavía tienes la de los reyes, todavía tienes al 6 de enero. Todavía no, una oportunidad más. Sí, y si no al próximo año tienes mucho. Sí, seguro, seguro, tengo fe. Si no, estimados, este, escuchas, ya saben, mensajes directos en las redes sociales. No, no hay asesos porque. En los mensajes directos en las
redes sociales de Pam y con eso, en alguna de esas. Chicle y pega. Cae la carta Santa Claus y es chicle y pega. Oye, pero a ti, ¿a ti qué te regalaron? A ver. Mira, Pam, fíjate que ahí sí, soy bastante. ¿No te gusta que te regalen? No, al revés, no claro. No conozco a nadie que no le guste que le regalen. Yo sí, yo sí.
El problema es que no me regalan. No sé si estoy rodeado de pura gente que es muy marraga, muy macana, muy tacaña, pero al revés yo soy el que regalo y regalo y regalo y yo no recibo absolutamente. Oye, eso, ese tema se me hace muy feo, muy gacho, como decimos a veces. Se me hace gacho. Que no te regalen.
Que haya alguien en la familia porque no siempre es el papá, que por lo general, pues el hombre, ya no tanto, pero por lo general el hombre ha sido siempre el proveedor y el que le compra los regalos a toda la familia, ya él no le dan regalo o a veces en otro tipo de familias hay una persona que es la que regala a toda la familia y a esa persona no se le da un regalo. No se te hace muy gacho esto y
luego le ponen muy el conque de es que yo no sé qué regalarle un hombre. Regalarle un hombre es muy difícil. Lo nuevo es que a mi papá no le gustan los regalos. Yo creo porque ya el papá todo resignado, sabes, dice así como no, pues a mí no me gusta que me regalen porque sabe que cada año es lo mismo.
Fíjate, pensé que por ser Navidad y que iba a estar más tranquilo y que iba a estar más baja la actividad no íbamos a tener un debate de qué opinamos si sí o si no. No, pues no hay que pedir perdón, pero está bien. Fíjate que sí. Por que aparte creo que sí aquí es bastante debatible esa parte. Eso que dices es que es bien difícil regalarle un hombre. A mí se me hace bien difícil regalarle una mujer. ¿En serio? A mí se me hace dificilísimo. A menos que evidentemente sea una mujer que conoces
bien, que sabe sus gustos, que sabe las cosas y que pueda regalarle. Pero por ejemplo, si yo, o sea, tú dijiste ahorita es bien fácil regalarle un hombre. Dime así rapidísimo, así pero con mentalidad o con pensamiento femenino. ¿Tú qué crees que es así? Es bien fácil. ¿Qué le regalarías a un hombre? Así que dijeras no lo conozco, bueno lo conozco más o menos y demás, pero es bien fácil regalarle un hombre. ¿Qué le regalas? Una loción. Ahí está una loción. ¿Qué más? Calcetines,
chones. Ajá calcetines, chones. Pues si va al gimnasio algo para el gym. Estimados amigos que me están oyendo vean nada más la chafada de cosas que está diciendo. ¿Qué quieres que salga con un reloj? No, no, no, no por el precio, no por el precio. Aunque también hay relojes de buen precio, bonitos y demás. No. Depende si es mi novio o si. No, me estoy yendo a lo básico que dicen. Ahí te va, ahí te va. ¿Qué le regalaría a una mujer? Un perfume. Una bolsa. Una bolsa. Maquillaje. Maquillaje.
Unos aretes o unos accesorios, cualquier tipo de accesorio, llámese pulseras, aretes, collares. Es que la ropa en los zapatos no. Una tarjeta de regalo, por eso una tarjeta de regalo de una tienda. Departamental. Ya sea departamental o de marcas de estas de fast fashion, pero también no lo ves tú como mujer así como que muy básico, así como de, Uy, tu Víctor se nota, conoce mucho que cuánta
atención le puso al regalo que me regaló un perfume. Y repito, no es una cosa de precio, te podrás regalar si quieres el perfume más caro, pero si no te gusta y dices, es lo más impersonal. De hecho, hay un dicho que dice. ¿En serio? Claro. ¿Los perfumes son impersonales? No, no, no, no, no. O sea, regalar un perfume, una alusión. Si no conoces a la persona, no se te hace demasiado personal. Pero si yo no conozco a una persona, yo no le voy a regalar
una alusión o un perfume. Fue lo primero que dijiste. Bueno, porque si no. A ver, si das un regalo, pienso yo que si es un regalo por compromiso, en Navidad a lo mejor mandas mejor una canasta como estas que traen los quesos. Mira, mira, si me está gustando. Me está gustando tu manera de pensar. Eso se me hace como más como un regalo para alguien, a lo mejor que no es tu mejor amigo, sabes. Pero alguien que conoces más, que aprecias y que vas a dar un regalo de Navidad o de cumpleaños
o algo, pues ya más o menos le conoces los gustos. Y a mí una alusión o un perfume se me hace siempre un muy buen regalo. Sí, pero ya lo dijiste cuando lo conoces. Pero cuando dije, a ver, así de primero, ¿qué le hagan a ese nombre? Tus primeras palabras fueron, fíjate, te fuiste una alusión que ahorita que dijiste que es muy personal y que tienes que saber sus gustos. Y es más, muchas veces las mujeres hasta regalan y tú no me dejarás mentir o si estoy mintiendo me
corriges. Muchas veces las mujeres regalan alusiones basadas a lo que a ellas les gusta el olor. Obvio, para oler lo rico al hombre. O algo que les recuerde. ¡Y! Al otro. Puede ser, puede ser. ¡Qué feo! Yo tengo un amigo que no voy a decir su nombre porque se enoja, Memo. Que regala el mismo perfume a tres o cuatro amigas por ahí para que luego ya no se confunda de cuál era el que les regalaba o no. O yo tuve un ex así. ¿Qué hacía eso? Nos regalaba, pero a todas las
novedades nos regalaba el mismo anillo y la misma pulserita. Es una táctica básica también para la gente que lo hace, pero que es... ¡Qué poca imaginación!...poder ser medio de profesionales también. No, porque luego se pierden en la onda de qué fue lo que les regalaron y se les olvida. Entonces, oye, a ver, ya no me quieres, a ver si es cierto que me quieres tanto. Dime qué me regalaste el año pasado en mi cumpleaños.
Claro, que no se les olvida. Ya sabes, ya sabes. O sea, al primer drama, al primer drama de es que no sabes ni qué me regalaste. Claro que sé, mira, te regalé esto y esto y esto. Oye, entonces, ¿qué a ti como hombre que te gusta que te regalen? No, es que justamente yo creo que es algo muy personal, regresando a la parte de las lociones, pero justo dijiste, ¿no?
Losiones y luego dijiste calcetines. Es muy feo ese regalo. Calcetines ochones, que levante la mano aquí o ustedes mismos en sus casas o en el gimnasio o en el transporte donde nos están escuchando. Levante la mano. ¿Quién quiere? O sea, ¿a quién le gusta que le regalen calzones o calcetines? A ver, a los hombres que tenemos amén aquí. ¿Nombre? ¿Qué no? ¿Calcetines no? ¿A qué quieres calcetines? Yo amo que me regalen calcetines. ¿Por? Me encanta.
Porque como que se me pierden mucho. Pero calcetines a ti te regalo así. Básicos negros. O sea, voy así a una tienda y compro el paquete de seis pares de calcetines negros básicos y voy a ser muy feliz. Me encanta, sí. La verdad es que me gusta. Sales como novia, sales barata. Oye, los ochones también. Eso todavía. Calcetines ochones, es maravilloso. Eso todavía puedo entender un poquito más porque seguramente la persona que te los regale.
Nunca me han regalado, nunca me han regalado ochones. Pues a lo mejor no es tanto, tanto, tanto. Pero si alguien te va a regalar calzones, evidentemente te quiere ver en ellos. Pues ojalá. Ya me toque algo así. No sé si te van a regalar. Un pervertido de esos. No, no, no, no, no, no, no. Un pervertido. O sea, para el caso velo al revés. O sea, imagínate lo bizarro que estaría que yo llegara ahorita y te regalaron los calzones. No sé. ¿Qué dirías?
Pues gracias. O sea, por eso dices, dices gracias, pero en tu cabeza sí estás diciendo exactamente. Empieza toda la reacción de que lo abra, que lo abre, lo que sea, lo ponga. Vuelta, vuelta. A que? Pero sí. A ver, Gerónimo, a ti te gusta que te regalen chones o no? No, son cosas que tú te compras, claro. Ay, qué raritos son. No, son compras que tú, o sea que tú haces.
Entonces, si por un lado sería muy raro y a la inversa, si tú llegaras con un hombre que no conoce y le regalas calzones, yo creo que la señal que estás mandando, pues se puede malinterpretar o se puede ver de alguna otra manera. Porque aquí sí también no me dejarán mentir ninguno de los hombres que no se escuchan. Si una mujer va y te regala unos calzones, yo creo que lo que menos te está viendo es cara de que, híjole, seguro necesita calzones.
Claro. Lo que menos está viendo cara sería. Bueno, sí, por eso. Pobrecito. Pobrecito. Necesita ayuda. Pero si ya te vio, dices, bueno, ya por lo menos me vio. Y sí, sí hay probabilidad, pero de la nada. Entonces el mensaje sería, ahí está, me está regalando calzones, pues algo ha de querer.
Ah, ese es. Tomen apuntes, eh chingas. Que va por el otro lado también hacia las mujeres. Entonces sí estaría rarísimo que llegara alguien y te regala calzones. Ahora, si es tu pareja y te regala los calzones, pues seguramente hay ahí ya algún otro tipo de mensajes, juegos, cosas y demás que son totalmente válidos, muy divertidos.
Sí, creo que es el regalo del pobre, como le dicen. El regalo del pobre. Ese es el regalo del pobre que cuando no tienes. Exactamente como la bola de boliche de Homero. Yo te estoy regalando eso porque no tengo. Pero evidentemente ya sabes cuál es el regalo que quiero recibir. Bueno, pero cuál es el regalo que te hubiera gustado recibir, pues está navidad.
Depende mucho con lo que me regalen, pero por lo general siempre hay cosas que tengan que ver con música, por ejemplo. Yo considero, hay gente que dice que es la persona más difícil para que me regalen, porque evidentemente como muchos hombres no me gusta que me regalen ropa.
Odió que me regalen suéteres, odio que me regalen ropa en general, odio con toda mi alma que me regalen ropa, pero son más cosas que no sé, yo lo veo fácil porque la gente que te conoce si sabe que te gusta algo, evidentemente le va a dar un poco más. O sea que corre el riesgo de que a lo mejor ya lo tengas podría ser, pero es como si yo a ti te regalo algo relacionado con Barbie que ya nos has contado en algunos capítulos que las colecciones te gustan y demás.
Pues es muy probable que te guste, es muy probable que lo pongas dentro de tu colección, a lo mejor no te vuela los sesos porque no es la Barbie del 54 edición especial que vale quién sabe cuánto dinero, pero dices ah mira me conoces, sabe que tengo la colección, está padre, lo voy a usar, lo voy a poner y lo va a hacer.
Ahora si yo llegara y te regalara nada más una taza de un arbolito y que diga mis mejores deseos hoy y siempre, dices ah pues agradece el detalle, está padre, a lo mejor la utilizarás para echar un café en la mañana, pero es algo que si se te rompe pasado mañana tampoco te va a importar mucho. Entonces tiene que ver con eso, entonces que me gusta que me regalen cosas de música, o de música para que demuestren o que hablen de que la persona pensó en ti para ese regalo.
Pero lléñanos más prácticos, es bueno que ustedes los hombres son prácticos, a ver, o sea para las mujeres que nos están escuchando que es práctico regalarle un nombre, así que ya te estás volviendo lo que no sabes. O sea yo diría eso, primero si no sabes que y tienes compromiso y no lo conoces tan bien, vete y céntrate en sus hobbies, o sea que hobby tiene, le gusta ir al gimnasio pues regálale una camisa o un polo, no son polos, si, playera para ir al gimnasio, una playera para ir al gimnasio.
Es algo que nunca te va a sobrar y que dices bueno esta persona me conoce, sabe que me gusta ir al gimnasio y la tengo. Si te gustan los coches, le regalas un cochecito de estos de escala, unos hot wheels de colección o algo relacionado con los coches y le va a gustar. Si la persona fuma pues le puede regalar hasta un cenicero, un hendedor, alguna cosa de estas un poco más bonitas para que lo hagan, o sea cualquier cosa. Son buenos tips eh.
Por eso digo que yo me enfocaría en investigar los hobbies, o sea que les gusta. Es más, ya que estamos hablando de regalos, seguramente muchos de ustedes vivieron en estos días pasados los intercambios de oficina, que son una cosa espantosa. ¿No? Son una cosa horrible que puede ser el amigo secreto y ese tipo de cosas. A mi si me gusta, si no hace super emocionante. Si, está emocionante y está padre, pero ¿qué es lo que todo mundo? A ver, vámonos al caso.
No, tú y yo ya nos conocemos un poco mejor y sabríamos cómo regalarnos algo o demás, pero vamos a poner que no tenemos ni idea o nos conocemos muy poco en el ámbito profesional. Y te toca a ti darme el regalo en el intercambio de la oficina, ¿qué me regalarías? Una botella de vino. Eh mira, ya te fuiste por una fácil que es, es bueno, mira aquí si ya me cayó en este caso, Pam. ¿Ves?
Sí, hijo, es muy fácil, ¿no? Pero la gran mayoría de la gente, yo te voy a corregir con mi supuesto, empieza justamente a decir, híjoles que no sé qué y empiezan con el, ¿saben qué compañeritos? ¿No? Que es un clásico el término compañeritos en la oficina, ¿no? Oigan compañeritos, ¿cómo ven si ponemos una lista en la que ponen qué quieren?
Ay eso, eso hicieron en mi trabajo. O sea, las pegamos en la pared y entonces cada quien se acerca y nadie va a saber qué está viendo pero que más o menos nos den una idea. ¿Qué te están diciendo indirectamente? O sea, es conoceme un poco, o sea ya que no me conoces, conoceme un poco y la gran mayoría se va por lo fácil. O sea, ¿cuántas tarjetas de regalo no viste escritas en esas listas? Todo el mundo empieza, una tarjeta de regalo de tal tienda, una tarjeta de regalo de tal tienda y ya.
Este, la otra persona dice perfecto, yo voy y me compro lo que quiera con esa tarjeta que aparte parece existen, ¿eh? Las tarjetas de regalo. Si tú, imagínate que tu novio o tu primo, tu hermana, quien sea, llega y te regala una tarjeta de regalo, ¿qué también te caería alguien que supuestamente te conoce que te esté regalando una tarjeta de regalo? Ay, pues no me molestaría tanto. Pero tarderías. Pues sí, sí, no te creas, es cierto, es cierto.
No te molesta y aquí no quiero que se confunda con que no seas agradecida o que no te agradezcas. Claro que eres muy agradecido, pero si dices oye. Si de alguien cercano, si de alguien cercano es como que piensa en la tanguita. Exactamente. O sea, ya que vas a dar algo. Exactamente. No soy tu vecina ahí para que no más me vientes la tarjeta. Ya ves. Yo creo que si leo. Es que ya me acordé. Yo creo que si te pasó. Es uno de los motivos de mi ruptura.
Ok. Pensé que había sido de ayer, dios, pero es que había sido de ayer en la cena y habías amanecido y con tu tarjeta de regalo. No, es que eso de los regalos sí es muy personal. Yo sí pienso que lo que te regalan es lo que te valoran y no me refiero tampoco al tema del precio, pero sí el valor. Ok, sí, lo que representa. Lo que representa, ajá.
Y sí, porque yo sabes que me rompo mucho el coco con los regalos para quien sea y me gusta en un cumpleaños, en una navidad que esa persona se siente especial. Es el chiste. Es el chiste. Porque aparte eso es lo que le estás diciendo. Porque además, nos hemos ya, hemos entrado a un, y no quiero aquí sonar a ideas modernas o payasas o hipsters o como le quieran llamar. De que hemos entrado a un rol de consumismo muy grande. Pero no es tanto por el consumismo.
O sea, ya lo vemos en navidad como de, ah, tengo que dar tantos regalos. Y empiezas con tu lista de una, dos, tres, cuatro o ochenta personas que tienes que dar regalos o cinco o cuatro. Da igual. Pero ya lo agarramos como una actividad de, por un lado, el deber. O sea, es que tengo que regalar o debo regalar. Y entramos como a un mood en automático. De estar por el centro comercial, nada más corriendo y viendo tiendas y demás.
Y con tal de quitarnos el pendiente, caemos en esa cosa de, ah, ya lo que sea. Agárrate dos camisas, un perfume y una cajita de crema y lociones que venden en las tiendas estas de baño, casa y no sé qué tanto rollo. Y cuerpo que es muy buen regalo. Son muy buenos, pero son los clásicos que ya caes en eso. Y lo que dices tú se le quita la parte personal de que si yo te voy a dar un regalo a ti es porque queremos celebrar algo.
En este caso, Navidad o tu cumpleaños, pero que yo te quiero demostrar por medio de un regalo que me interesas. Claro que te aprecio, que te quiero, que te lo que tú gustes y mandes. Y entonces cuando se vuelve impersonal es cuando levantan el sentimiento que levantaron contigo. Oye Vic, y a ti, mira, pasa mucho que allá en el norte, pues como que los reyes magos y esas cosas para nosotros no es muy común, no? A nosotros nos traen regalos Santa Claus. Ok. ¿A ti te traía Santa o los reyes?
No, a mí me traían más los reyes que Santa, fíjate. ¿Y alguna vez te fallaron? Sí, uuuu, también. ¿Sí? Quieren que empecemos a sacar los traumas que todos tenemos de lo que nunca me trajo Santa. Sí, sí, sí, que nunca te trajo y algo que te haya pasado así. Que doliera, que doliera. A mí Santa Claus, Santa siempre me traía ropa, siempre, siempre, siempre. Me traía ropa y casualmente ahí si eran calzones, calcetines, pantalones y todo lo que necesitaba.
Yo que tenía comunicación con alguien Santa Claus que decía, mira este si anda abajo de este pantalones, de calcetines. Entonces aprovechaba el viaje y me traía todo lo que necesitaba. Sí, por ahí de repente algún juguetito o alguna cosa pequeña de lo que yo ya había hecho. Pero los buenos en mi casa siempre fueron los reyes. O sea, con los reyes sí te podías dejar ir. Que por lo general te iban a traer no todo, ¿no? La verdad yo no fui un niño que le trajeron todo lo que quiso a ti.
No. No todo lo que pones en tu carta, tampoco. Fue muy generoso Santa Claus siempre. Ah, no, sí generoso sí. Generoso. Pero así que tuvieran al 100% tu carta. Pero sabes, que se me hacía muy bonito que a veces lo recuerdo y me han ganas de llorar honestamente. Que cuando no me traían lo que a lo mejor algo que faltaba en la carta. Porque yo no sé cómo le hacé Santa Claus de verdad para con cuatro niños cumplir todo.
A veces Santa me dejaba una notita así con una letra tan bonita y me ponía como, Pamelita no te puede traer esto, pero era porque hay muchos niños en el mundo y bla bla bla. Y en ese momento decía, ¿cómo le puede pedir tantas cosas a Santa? Si hay tantos niños. Entonces me da como una vergüenza y una culpa, ¿sabes? Sí, sí, sí. Pues sí. Y yo le decía a Santa, donde estés, perdóname por favor. Ah mira, qué buena onda. Con esto soy feliz.
Claro, y siempre, o sea, como bien dices, siempre fueron generosos y demás. Pero no cumplían al 100% la carta. Y yo creo que tampoco se desvivían mucho porque también entiendo eso que dices. Que hay muchos niños en el mundo que piden lo mismo. Y que si a ti ya te trajeron cuatro, pues dejarle el regalo que falta a alguien más para que sea. No todo se puede tener en esta vida y yo creo que también nos forjó en eso. Que no dudo que haya gente muy cumplida que sí. Pero ahí te va.
Toda mi vida y ahorita lo mejor hablo de mi edad. Pero aparte está chistoso porque poquito antes de esta fecha, o sea como 15 días yo creo. Jordi Rosado subió un post agradeciéndole a su esposa. Por lo visto fue su cumpleaños y subió un post a su Instagram. Agradeciéndole un regalo que le dio de cumpleaños. Ok. Ahorita han de decir, ¿y eso qué diablos tiene que ver con tu trauma de la infancia? Que probablemente Jordi Rosado tenía el mismo trauma que yo.
Ok. Yo durante muchos años de mi vida, muchos, muchos, muchos años de mi vida. Le pedía a Santa Claus un juguete que yo creo que fue de los primeros juguetes interactivos. Que era un pequeño robot que se llamaba el 2XL. Si ahorita tú ves el 2XL, era un cubo de madera en forma de robot. Pero la peculiaridad que tenía era que tú le podías meter cartuchos. Y contaba cuentos, historias, te contaba chistes. También tenía una parte muy educativa.
Por ejemplo había un cartucho de estos que te ponía operaciones matemáticas. Te hacía preguntas de historia, de química, de cultura general, etc. Y el robot lo único que hacía es que tenía un botón A y B. O ABC, me parece que tenía tres botones. Era el primer juguete interactivo en el que te preguntaba, 2X2, 4, presiona A, 8, presiona B, este 16, presiona C. Entonces tú presionabas el botón que creías en tu respuesta. Y te decía, felicidades. Ganaste, lo hiciste muy bien y ya.
Pero era muy entretenido y se volvió el juguete que todo el mundo quiso. Porque es otra cosa, en todas las navidades hay un juguete que todos los squinkles desean o deseamos en su momento. Y que justamente era muy difícil de que Santa lo trajera. De hecho hay una película de Arnold Schwarzenegger que creo que se llama así. El regalo prometido. El regalo prometido. Que justamente trata de eso. Pero sí, mi trauma fue este 2XL. Pero te voy a contar una anécdota padrísima.
Toda mi vida lo pedí y lo pedí y lo pedí y nunca me lo trajeron. Y hace unas tres o cuatro navidades, de repente aparece en mi árbol el 2XL. ¡Ay no! ¿O qué? Apareció el 2XL. Y yo no tenía ni la más remota idea que el 25 de diciembre iba a aparecer el 2XL. Ahí, ¿no? Y cual va siendo mi sorpresa que leo la carta de una de mis hijas y ella le había pedido a Santa Claus el robot que nunca me trajeron.
Porque yo siempre les platiqué o les he platicado que Santa Claus no trae todo lo que hay en las cartas. Que Santa Claus no puede traer todo. Y una de mis hijas dijo ¿sabes qué? Te pido esto y además te pido este robot que nunca le trajiste a mi papá. Y apareció el robot con una carta muy padre que sí me hizo llorar ese día y se los juro que han sido pocas las veces que he llorado. Pero esa sí me hizo llorar. ¿Hay foto de eso? Hay foto del robot, sí.
Del momento no. Pero ahí lo tengo en su caja y todo. O sea, la caja original no sé qué años habrá sido. Pero ese robot yo creo que es fácil del 85, 86, sin ningún problema. Luego sacaron la versión nueva. Pero la carta decía, o sea, una carta que le escribió Santa Claus a mi hija. Diciéndole, qué bueno que te acordaste de tu papá. Fíjate que me di cuenta y busqué bien en los costales de regalos y se me había caído. Estuvo todos estos años tirado en el cineo y apareció.
Pero lo más padre de todo fue que me lo trajo sin yo saber. O sea, ahí en ese caso sí se cumplió que Santa Claus me trajo por fin después de 40 años. Sí, o sea, 40 años más o menos o 40 y cacho de años. O menos, entre 35 y 40 años. Por fin me trajo el regalo. Entonces, luego ya al final del camino tuve ese robot y regresando a la anécdota de lo que vi hace dos semanas. Se ve que el esposo de Jordi Rosado se lo regaló a Jordi Rosado también de cumpleaños. Y también ya tiene su 12 XL.
Entonces, seguramente como yo sé, hay alguien que pertenece a esas generaciones. Probablemente hay alguien diciéndole, puta qué envidia que por lo menos después de 35 años sí lo tuviste. Porque yo sigo sin tenerlo. A ti, que fue algo que nunca te trajo. Fíjate que yo tuve todo. Fui una niña muy afortunada. O sea, todo lo que el microornito, esto, o sea, si no me lo traía esa Navidad me lo regalaban el día del niño. Ok. La verdad es que yo tuve... ¿A ti si te querían? Sí, fíjate que sí.
No, yo el día del niño para mí nunca jaló. Yo tuve una niñez y unos papás maravillosos, pero tuve una mamá que hacía lo que fuera. Porque tuviéramos todos los juguetes que queríamos. Y si acaso algo me faltó fue... No que me faltó, algo que en forma nunca tuve fue un tocador. Porque dice mi mamá que yo desde el kinder me maquillaba y salía toda maquillada del kinder y era mi sueño tener mi tocadorcito así. Pero fíjate que yo... Así la podaban a un compañerito pervertido del kinder.
El tocadorcito, man. ¡Ay! ¡Qué feo! ¡Qué feo! El compañerito pervertido. Atrás de Pam luego son los que regalaban calzones. Fíjate que yo tuve un novio en la primaria, toda la primaria novio entre comillas, que me regalaba siempre Barbis. Ah, pues ahí está, ahí empezó. Siempre me regaló Barbis. Y hasta la fecha te acuerdas de él. Pero te distrajes del tocador, perdóname Pam. Regresas lo que nunca te trajeron, lo que siempre quisiste. Ah, era mi tocador, sí. Ahora ya quiere un tocador más grande.
Ya quiere un tocador, sote. No, pues fíjate que yo he tenido la suerte de que todo lo que no tuve cuando era jovencita, más bien, que fue como en la época donde más padecí, por así decirlo, todo yo ya lo he podido cumplir grande. Bien, que bueno. Por ejemplo, Barbis que a lo mejor nunca tuve, pues tú lo sabes, ustedes lo saben que las he comprado ahora ya grande. Sigo comprándome juguetes ya grande. Pues me he comprado como ocho tocadores, ¿no? Y en mi vida adulta así.
Entonces realmente nunca tuve, porque cuentan las mujeres contemporáneas mías del microornito. Tuve el microornito. Tuve, tuve como. Era lo que cocinaba con un foco, ¿no? Sí. Y que era como una pasta ahí como de hot cakes y eso y tocan. Sí, sí, sí. Se cocía supuestamente la masa con un foco y siempre. Sí salían bien, ¿eh? Sí, sí salían bien. Casualito, o sea, de milagro sigo vivo yo creo con esas cosas que entre mis primas, hermanos y demás este cocinaban. Sí, no, ese ese, pero sí salían bien.
Yo me cuco que hasta los decoraba y todavía me los comía. Bueno, me comía pasteles de tierra también que así chiquita no voy a andar comiendo el del microornito. Bueno, sí, el del microornito todavía sí. Y que otro juguete era más o menos este contemporáneo de tu, o sea, de entre las niñas de tu generación que quisieran. Joder, es que pues yo como siempre estuve muy en el mundo de Barbie. Yo le lascaba spash que eran unas, unas. Ah, ya sí. Esas, ¿sabes qué? Esas sí nunca tuve una grande. Ok.
O sea, una muñeca grande y siempre. No, ya sé qué. Ya me acordé. ¿Qué? Un enuco. Un enuco. Nunca tuve un enuco. Esas que parecían bebés de verdad, ¿no? Sí, sí, porque ese un enuco. Y su bañerita. Y nunca me la compraron. Qué triste, estamos oyendo esta noticia justo en 25. Sí, nunca lo tuve, pero fíjate. Nunca tuve a mi enuco. También ya lo tuve grande. Y solo reíes. Sí. No, espero que no lo tengas de Jardín Grosso todavía. Que tú le llames enuco de cariño. Enuco de cariño no más.
No, no que te llegue uno porque ahorita todavía no estamos, este... Para esas cosas, ¿sabes? Eso como que me llama la atención. Y de comida comanduviste. Fíjate que nosotros en Chihuahua, fíjate, yo tengo 10 años viviendo acá y el bacalao y romeritos y eso. No se me antoja nada. Híjole, somos del mismo equipo. Obviamente también los comí a navideña tradicional. ¿Por qué comen eso? Esas son tradiciones, cosas. Sí, no, nosotros comemos pavo, pasta, puré de papa. Aquí también se come mucho eso.
Puré de papa, puré de manzana, pavo. Eso sí. No, habría que sumarle, ¿qué dijiste? El bacalao y los romeritos, ¿no? Pues es que aquí es común. Pero dicen que es muy rico, ¿verdad? Pues sí, sí. Hay mucha gente que no le gustan. A mí la verdad me da lo mismo. Pero yo ni siquiera del pavo. La otra ensalada que hacen también de manzana con no sé qué cosa. A mí me gusta la ensalada de manzana, pero sin pasas. ¿No? Yo me la comía porque si no Santa Claus no me traía nada el día siguiente.
Pero por mí la verdad ese tipo de menú. Que ya sé que es muy tradicional. ¿Y la pierna no te gusta? Pues sí, pero como que ¿por qué? O sea, como ¿por qué a fuerza eso? O sea, si tienes dos o tres cenas navideñas en la temporada, por decirlo de alguna forma. Entonces comes lo mismo. Ya sé que es tradición. La cena o la comida de los amigos A, los de la comida B. La del productor del podcast que no invita. Pero bueno, ni modo, la sé. Ahí sí se ganó los mil pesos.
Ehhh. Pero comes exactamente lo mismo. Entonces, porque todo el mundo dice, ¡ay no! ¿Cómo creen? Que si en la temporada navideña no comamos comida de Navidad. Pues que más da. Yo sí comía todo, pero aquí yo nunca he comido una pierna como la de allá. Seguramente de ser distinto. Con pilla, dobadita. Ay que rico. Yo también he visto, la pierna también es común. La pierna también es común que se coma aquí. Sí, no. Entonces, no, pero yo preferiría, no sé, otro menú.
Pero ahora no me digas que preferirías. Kentucky, KFC. Como el este... En Japón. Pues que rico es, me gusta mucho el pollito KFC a ti, ¿no? Pues sí, también. Ay que rico. Pues ya que estamos hablando, por eso te digo que así como que elegir mi menú navideño, pues no. Porque si te digo este, no sé, este... A ver, ¿cuál sería tu menú navideño ideal? Pues es que podría ser cualquier otro menú. Por eso sé que mucha gente diría, no inventes para comer eso, te lo puedes comer diario. Pero qué?
Cambiando lo que comiste ayer, ¿qué te hubiera gustado comer? Pues es que yo podría comer carne toda mi vida y no tendría problemas. Entonces un buen cacho de carne. Un corte rico. Un corte rico y demás. Sería una, para mí sería una buena... ¿Con qué guarnición? Híjole, ahí fíjate que también no soy tanto de... Ahí no me pongo fíjate que tanto... No. Mis moños, ¿no? O sea, ahí sí con lo que sea. Pues se puede comer una buena ensalada. Puede ser con mismas papas a la francesa.
Puede ser con algo de verduras, por ejemplo con espárragos. Con un puré. O sea, eso no hay ninguna bronca. Pero sí entiendo el punto de que mucha gente, cuando yo a veces externo esto, me dicen, pues qué aburrido. O sea, chistes, comida navideña, chistes. Pero bueno, ¿no? Ahí sí ya cada quien como se quiera atascar. Porque aparte después les pasa, que no sé a ti te haya pasado, o sea, te esté pasando ahorita, pam.
En este momento, eh, que estamos platicando, o te pase como en dos días, todo el mundo dice, no quiero volver a comer pavo hasta dentro de un año, porque comí todo lo que no podía, esto lo que no había comido. Un mes entero ahí te... Y quiero volver a comer y que estás con todo esto, ¿no? Pero bueno, chistes, que esperemos que tengan una muy buena Navidad. Espero que alguien nos esté escuchando, porque yo creo que ni mis papás ni nuestros conocidos están escuchando el episodio del día de hoy.
Lo bueno es que tienen mucho tiempo. ¡Ay, qué triste! Fue un buen, fue un buen episodio, está padre. Y pam, nos vemos la próxima semana. Así es, Vic, nos vemos la próxima semana. Yo también espero que Santa Claus les haya traído todo lo que desearon de todo el año y que la pasen sobre todo con la gente que quieren, que valoran, que aprecian, de verdad. Y si recibieron calzones de alguien que no es tan cercano, ya saben cuál es el mensaje que les está mandando. Pam, muchísimas gracias por estar.
Espero que así haya sido, que hayan recibido muchos calzones. Mejor regalo, entonces. Perfecto, Pam. Un gustazo como siempre. Yo soy Víctor Gordoa Fernández. Sigan en mis redes sociales como VíctorGordoaF. Yo soy ArrobaPamelaGravry en todas mis redes sociales y síganme por ahí. Sigan también a Rock and Gold, denle like, escúchenlo y compártanlo. Nos vemos la próxima semana. ¡Feliz Navidad, Vic! ¡Feliz Navidad, Pam!