La Ruina, con Ignacio Daltavull y Tomás Fuentes. Estamos contentos de estar con todos vosotros y vosotras, amigos y amigas del programa. Estamos en el Coliseum, en La Gran Vía. Felices de compartir este espacio con nuestros amigos y amigas. Gracias por estar aquí. Besos de stripper, ¿no? Besos repartiendo, como que reparte cartas de póker, ¿no?
Estoy intentando innovar. De momento no he encontrado el gesto. No. Cada semana intento tirar besos de diferentes, pero no. Este no. Este no ha sido. Oye, por cierto, una pregunta. ¿Cuál es tu bebida de avena favorita? Ah, pues mira. Es que creo que me lo dijiste una vez. Me gusta que me lo preguntes porque normalmente es Outly que yo...
Siempre tengo un petróleo aquí abajo. Siempre llevas una, es verdad. Y la tengo porque me gusta beberla a cualquier hora, en cualquier momento. Es que está muy bien para los perdedores que son. Vamos a ver. Esa es la ruina, pero pobre gente. Un poco ruinosos son que perdieron una querella contra el gremio de la leche. ¿Por qué? Por llamarle leche. Pero no es leche, es bebida. Sí, ahora legalmente no. ¡Hasta la próxima!
Pero tú te imaginas como el gremio de la leche. Yo me imagino como vacas mafiosas, ¿no? De... No vuelvas a tomar leche a esto. Ya, tío. Bueno, sí. Pero qué bueno que... Bueno, está mucho mejor que la leche. Porque no es leche. Para nada. Claro. Es bebida de avena. Yo le he dicho a la leche. Yo le tiro bebida de avena. Porque la leche no vale nada. Para quitar el sabor a la leche. Porque esto es mejor que la leche. Exactamente.
Sí, esta mención no la cobraremos, ¿eh? Pero es que está de verdad muy... ¡Qué ruido hace una avena! Un aplauso para Auli, nuestro patrocinador de hoy. Lo hemos intentado. Ay, Dios. Vamos a recibir a nuestro invitado de hoy. Nuestro invitado de hoy va a estar actuando en el Within este diciembre con OJETE CALOR. Es la mitad de OJETE CALOR, por favor. ¡Un aplauso para Aníbal Gómez!
Aníbal, gracias por estar aquí. Buenas noches, Barcelona. Buenas noches, Barcelona. Bueno, ¿qué pasa? Que os esperabais al otro de Ojet de Calor, a lo mejor. Al famoso. Pues ha venido el guapo. Me pasa lo mismo cuando voy yo por ahí, que se esperan al guapo. 28... No, hombre. 28 de diciembre. ¿Queda alguna entrada? No sabemos. Pues como esto está grabado, espero que no queden entradas. Si queda alguna suelta...
Pilladla vosotros ahora. Entráis en ojetecalor.com y pilláis si hay alguna suelta y ya está. Que es necesario que vayáis porque llevamos meses trabajando en el show y tenemos mucha ansiedad. Estamos tomando ansiolíticos. Pero esto ya lo hacíais antes, ¿no? Tomar ansiolíticos desde pequeños. Por hobby, pero ahora ya es por necesidad. Ahora es por necesidad, sí. O sea, empiezas bromeando con ellos, a ir de fiesta. El primero gratis. Te tomas un ponche con Coca-Cola.
y al final te tomas un dolor hace panes. Entonces, pues nada, que eso, que si queréis vais y si no vais a ver a Itana, que también actúa ese día en el Bernabéu. ¿Ah, sí? ¿De verdad? ¿Os hace la competencia? No, no, es una broma. Es que se lo han cancelado, tío. Claro, por eso que es una broma. Pero ahora seguro que no está tan disgusta porque podrá ir a veros. Claro, incluso podrías salir a cantar.
Habrá muchas sorpresas. ¿Quién sabe? ¿Quién sabe si a lo mejor hasta salimos...? No, esto no va a pasar. A lo mejor sale Madonna. ¿Tendréis que ir? Claro. No lo sabremos hasta el día, ¿no? Hasta el 28 de diciembre. Santos Inocentes. Santos Inocentes, que igual no se celebra concierto, ¿eh? Porque los gente calor, que son dos personajes, se pueden permitir cualquier licencia. Claro, el Wisin entero y vosotros.
nosotros en otro lado. Hombre, claro. En el Bernabéu. Cogen el dinero y corren. En el Bernabéu. Sí, sí, sí. Oye, Aníbal, no sé si tienes alguna ruina a qué contar. Un montón. Oye, pues yo creo que... ¿Cuánto dura el programa? ¿Cuántas tienes? Tú tira, ya te cortaremos. Pues dos tercios de mi vida, a lo mejor.
Bueno, pues venga. Se pueden medir en Whithings las ruinas. Tres Whithings de ruinas. Sí, seguro. Pues un Bernabéu de ruinas. A ver, lo que he hecho, a ver si os gusta lo que he preparado. He hecho una ruina temática que se llama El Circo. Yo soy de un pueblo de Cuenca, diréis. ¿Un circo o un pueblo de Cuenca? Pues sí, el circo. A mí me han pasado dos cosas relacionadas con un circo bastante ruinosas.
Mira que suele ser siempre un mundo de lujo. Sí, efectivamente. Qué raro. Y de glamour, sí, sí. Qué raro, pues fíjate. Bueno, la primera fue, vino un circo a mi pueblo en la época en la que se podían traer animales. Qué época tan bonita, ¿eh? Sí, hombre, eso se ha perdido. Cuando podías tener animales enjaulados y... Y pegarles... Hombre, a ver, si no hacen lo que les pides, pues les pegas y no les das de comer. Ahora los rojos, ahora el Pedro Sánchez... Claro.
La dictadura woke Es que ahora hay que dar de comer a los animales Pues no siempre O sea Si no se sube a la silla, como tú dices, pues se saldría a comer. Es que ahora son muy buenos los animales, pero antes no eran tan buenos. Antes no era así. Es que ahora hay la generación de cristal. Bueno, pues en una época en la que se podían traer animales...
Además, los traía en unas condiciones estupendas. Siempre estaban muy... Se los veía bien cuidados, sí. Pero claro, no había internet, no había nada. Era un pueblo pequeño, llegaba un circo y es que te daba igual. cuando estuvieran los animales de maltratados. Claro. Tú tenías que estar allí. Hombre, entonces, yo que me gustaba mucho el cine, había visto, no sé si os acordaréis de una película que se llama El oso. ¡Ustras, sí! De Jan Jogonaut, que es una película...
Como muy de culto, que casi no hablan, solo gurúñe el oso. Claro, claro. No era o de Disney, era de o no se... No era las Gontrier, era una película donde no hablan. Entonces, yo había visto el oso. y yo era un niño y decía a ver los animales salvajes si tú lo sabes tratar puedes conectar con ellos ya Otra cosa es que seas un burro. Yo sabía que si tú mirabas al animal a la cara y sabes eso, ¿no? Sí, sí, sí. Como cuando ligas, que dices, hostia, aquí hay algo. Sí.
Y a mí, la verdad es que me encantan los animales. Dejar sentir hacia el animal, le miras a los ojos. Ellos te leen el alma. Entonces yo recuerdo que fuimos pasando así, el circo no había empezado todavía. Fuimos a la trastienda. de circo. Vale. Que era aún más lujo. Lujado. Increíble. Los animales metiéndose en la encha. Claro. Imagínate la parte que no se ve. Pues nos colamos allí como éramos niños. Entonces nos colamos ahí.
Y había varias jaulas. Los animales iban de menor peligro a... A lo mejor en una jaula había una tortuga. Yo qué sé. Pero yo me fui a la última. Había un oso. Un oso pardo. Vale. ¿Un oso? Pero no era el oso de la película El oso que se queda huérfano. No. Qué chiquitín. ¿Era un oso o un oso? Era ya mayor con pelo en... Bueno, con todo el cuerpo. Con pelo en todo el cuerpo. Un oso como los de Chueca. O sea, un oso. Sí, sí.
Adulto, no es adulto. Un oso del orgullo. Un trípode. Entonces, mis amigos, que no habían visto la película, guardaron distancia. Ya, qué ignorantes. Qué idiotas, qué poca sensibilidad. Claro, pues es que, mira, ahora son funcionarios, no se enteran de nada. Entonces, yo me quedé mirando la jaula...
y di ese paso hacia adelante, ¿no? Ese paso que será a veces en la vida, pues si habéis visto alguna peli de Stephen King en Cuenta conmigo o algo así, ¿no? Hay un momento que hay un personaje que dice, allá voy, y yo me adelanté. Y me acerqué al barrote todo lo que pude. Y miré al oso, miré al oso. ¿Pero qué objetivo tenías tú? ¿De verlo de cerca simplemente? Yo estaba convencido, estaba convencido.
de que lo iba a acariciar. A lo mejor la anécdota no va por donde pensáis y yo acaricié al oso, ¿eh? Hombre, llamándose el programa a la ruina, no sé... A ver... Entonces me quedé mirando así. Yo no sé por qué en aquella época las gafas, era la moda supongo, las gafas cubrían desde más o menos la mitad de la mejilla hasta la frente.
Por lo que fuera, por si tenías mirada telescópica, cuando ibas a la óptica te ponían unas gafas de este tamaño más o menos. Entonces yo desde que tengo uso de razón he llevado gafas. Por estética, no porque tenga estigmatismo. Entonces, pues ahí estaba yo. Me parecía bastante a... ¿Cómo se llama este de Doraemon? ¿A Novita? Sí, de pequeño. Entonces me acerqué y casi, casi que los cristales chocaban con el barrote. Hostia.
O sea, yo no me metí dentro porque había una jaula. Porque las gafas de Steve Burkle no te dejaban pasar. Efectivamente, porque estaba delgadillo en aquella época. Entonces, el oso se giró, el oso sintió algo. ¿La conexión? La conexión. Y yo dije, vale, el paso uno está hecho. El oso se incorpora porque estaba echándose la siesta.
Después de la comilona que se había pegado, no, se estaba echando a lo mejor de desfallecimiento. Entonces el oso se levanta y me mira, y me mira. Entonces oigo a mis amigos... Y yo no me muevo. Y el oso viene hacia mí. Y yo lo miro como diciendo... Sabemos lo que está pensando el uno y lo que está pensando el otro.
No sabes dónde empieza el oso, dónde acaba... Pero yo por lo que sea ya le miro las pezuñas. Y veo que son gigantes. Son gigantes. Y veo algo relucir, pero digo, no creo que sean las garras. No. Digo, será pues yo que es un destello. El oso se acerca cada vez más, me mira la cara y me pega una hostia. O juro, o sea... O sea, pero un zarpazo... Perdí el conocimiento sin perderlo. Es decir, no me caía al suelo, pero sí recuerdo ver estrellas...
O sea, me pegó un zarpazo, entonces recuerdo que un cristal de las gafas salió para un lado. Yo me llevé las manos a la cara porque pensé, me ha quitado la cara. Sí, sí, claro, detrás de la capa sí va mi cara. Digo, adiós a Novita. Y bienvenido al vídeo de Robbie Williams, de rock DJ. Entonces yo me toco y digo, madre mía.
Madre mía, estos músculos. Digo, a lo mejor me estoy tocando una arteria, una vena. Claro. No, pensé, me ha arrancado la cara. Me ha arrancado la cara. Entonces yo me tapé muy fuerte la cara y salí corriendo a mi casa y todos mis amigos detrás, en procesión. Entonces la imagen era un niño corriendo hacia su casa con la mano puesta en la cara. ¡Doraemon! Sí, tío. Entonces yo puedo decir que en un pueblo de Cuenca a mí me ha atacado un oso, tío.
Hostia, pero no te arrancó la cara. Ahí le ha atacado un oso. El pueblo de la manchura de puerta. Claro. Misteriosamente... No te arrancó la cara por eso. Gracias a las gafas gigantes, tío. Hostia. ¿Tú recomiendas? En la época de Quevedo, que llevaba unas que eran más pequeñas que las pupilas, a mí me mata.
Es verdad que ahí los osos... ¿Habían más ataques de osos? En aquella época, muy famosos son el hilo de oro, los ataques de osos. Claro, luego tú, después de haber vivido esto, viste la peli esta del oso de Leonardo DiCaprio, también dijiste. Claro, el renacido, dije. Es que es tal cual, es que es tal cual. Y nada, pues no me hizo nada, no me hizo ni sangre. No te hizo ni sangre. No, no, tío, yo creo que el oso, en el fondo, dijo, le voy a dar un susto.
Es que también hay que... Me parece que hay animales que es como... Si te lo ponen en bandeja no quieren cazar eso. A este tonto le va a dar un guapo. Ya me te digo que hay pueblos que con eso ya te sirve por lo menos para dar el pregón ese año. Era el pregón de mi pueblo. Sí, pero esto no lo conté. Entonces, claro, llegué a mi casa y ahora si os pasa ahora a vosotros, corriendo vais y denunciáis.
Llamáis a Gripis. Mira qué ha pasado. No, mis padres me echaron la bronca y ya está. Te podían haber arrancado la cabeza. Tu padre tenía ganas que el oso te hubiera hecho más para aprender. Poco te ha hecho el oso. Les sentó mal, poco te ha hecho. Y la pasta que valen las gafas. Unas nuevas. Pues no contento con eso, a los pocos meses viene otro circo al pueblo. Es que es una doble ruina.
Viene otro circo al pueblo, pero en esta ocasión era un circo con menos recursos que el primero y no tenían animales, pero sí mascotas televisivas. Bueno, tipo... Anunciaron. Trancas y barrancas. Vienen. Mira, acabo de salir de milagro porque me ha dicho Pablo, puedes entrar. Y he entrado. Hasta a punto de irme, ¿eh?
Gracias. Te cogeré la vida de media vuelta. Gracias desde aquí a Pablo por habernos dejado. Sí, que solo se cuentan cosas malas. Mi nivel de fama me permite ir donde quiera sin exclusividad. Entonces... Entonces... Vuelve el circo. Vuelve el circo. Entonces, ¿quién venía? David el Nomo. Hostia. El gato Isidoro. Hostia. El naranja. El naranja, que mola un montón. Pitufina.
Los Avengers, eh. Se han reunido en una gira póstuma para hacer pasta, ¿no? Eran nuestros Avengers. ¿Os habéis fijado que todos los pitufos tienen... un mote de un defecto, que es presumido, y a Pitufina le pusieron... Pitufina. Pitufina. Es la cosa como más machista del mundo, ¿no? Su defecto es pitufina. Es discriminación positiva. Pero igual es presumida. Creo que también era presumida. Pues llamarla presumida. Claro, exacto. Pero por favor. O sea, era una discriminación positiva muy fe.
muy amiga de sus amigas Y yo veo el cartel y veo ese lenco y digo... ¿Esta es la mía? La noche de antes no dormí, me costó concentrarme muchísimo. Creo que venía Tartacán también. Tartacán, es que claro. Hostia, buen temazo de canción, ¿eh? Buen temazo. ¡Tuna basa! Además lo tenían que poner lejos de Isidoro, porque si no se liaban hostias. Efectivamente, claro. Era como el cuento este de la barca con el abroco y la oveja y Pablo Motos. Entonces...
Que no todo se puede combinar. Entonces, yo cojo y... Como me haga muy famoso el día de mañana. Y tenga que ir. Bueno, ¿consecuencias? También puedo decir que no, ¿eh? También puedo decir que no. A lo mejor es el que viene a mi programa. Ah, bueno. Entonces, yo... Pues allá que voy, saco la entrada, que eran pesetas, no sé si eran 300 pesetas o algo así. Y me siento en la primera fila bastante nervioso. Total, sale el presentador. Vale.
¿Ese no era mascota? ¿Ese era presentador? No, era presentador. Bueno, yo lo vi salir y pensé, es un feriante de los que venden con la riñonera, pero era presentador. A veces cuesta. A veces cuesta. Buenas tardes, niños. Aplausos. ¿Estáis preparados para ver? Estamos encantados. Entonces, lo primero que hace... Es pedir voluntarios. Y yo os cuento, yo he sido delegado de NGB todos los años. ¿Por gusto o porque te iban a putear? No, no, porque yo de pequeño ya sabía cuál era mi papel en la vida.
Vale, que era destacar. Sí, pero para la diversión. Vale. Porque yo tenía espejos también, entonces dije, bueno... que hubiera podido, no os riáis si hubiera dicho a mi madre quiero ser modelo mis padres a mi no me han prohibido mis sueños nunca Solo la naturaleza. Solo que dije, mejor comedia. Vale. La naturaleza. Sí, pero menos mal que no me ha oído. Sí, te he oído, cabrón. Claro que te he oído. Dijo el guapo. Y si no está grabado, o sea que... La naturaleza es muy caprichosa. Entonces...
Pues voluntarios. Yo el primero. Y dos colegas que venían conmigo también. Uno un poco más bajo y otro chico y dice venid conmigo. Y yo digo, pues ahora hará el juego de las sillas. O nos sienta y nos empieza a sacar a los personajes. Estaba flipando, de verdad. Y nos pasa una otra trastienda. Bienvenidos al circo. No, no, bastante oscurita. Entonces, entramos y digo, un pufo, ¿no? Qué mal huele. Y es que su compañero nos estaba hablando cerca con mucha litosis.
Yo no podía ver lo que había entre los dientes porque no había dientes. Claro, era que me acuerdo. Si no había piezas. O sea, claramente había... Pasado por la ruta del bacalao tres veces. Vale, sí, claro. O sea, si le quedaba uno, no era la pala, era una muela. Y nos lleva más al fondo... Y digo, ya está. Ahora sale David el nomo, ¿no? No, digo, ya está. Digo, mi primera vez y ya está.
Está siendo tal y como me lo imaginaba. Otros la tienen en otro sitio y yo qué sé, pues ya está, pues la primera y ya habrá más. Entonces, coge una cosa del suelo. Recuerdo moscas. Y me lo tira un pellejo de unas pieles roídas, o sea, con peste negra. ¿Pero qué coño? Y me dice, póntelo. Digo, ¿cómo? Dice, así. Entonces me meto dentro de algo, me lo pone aquí y de repente estaba oscuro pero ya veo todo negro.
Vale. Y recuerdo un olor asqueroso. O sea, un olor chungo. Chungo, chungo. Vale. Entonces noto que me coge por los hombros... Me empuja, oigo a mi amigo gritar también. Guau, seguro que era un circo, no... No, no, y yo pensé... No, cuando lo oí... Los marxistas de Marx. Y claro, lo digo gritar, digo, es su primera vez. Y digo, bueno, Aníbal, déjate llevar, yo qué sé.
Te ha pegado un oso que más te da. Estás curtido. Claro, estaba yo curtido ya a estas alturas. Total, que me empuja y ya se me colocan los ojos de Barrancas. Y ya veo al público y oigo al yonki de la riñonera. ¡El gato Isidoro! Entonces me miro así para abajo y pico yo todo naranja y digo, joder, si soy yo. He sido yo todo este tiempo. Joder, tío. Si me han cobrado 300 pesetas por venir a verme a mí. Y veo salir a mi amigo que es más bajo, vestido de David, el gnomo.
Más bonito. ¡Guau, tío! ¿Y el tercero? El tercero no salió. El tercero sí que con el tiempo contó que sí que fue su primera vez. Y dijo, ¿y los he echado peores? Hostia, fue tu primera actuación. Sí, fue mi primera actuación. Tu primer vestido raro. Sí, sí, como Isidoro, digamos que el germen, ¿no? La semilla de objeto de calor. Y de aquí al wifi. Y de aquí al wifi. Sí, sí, sí. Así que... Fijaros, una cosa...
Yo no descarto, porque el karma es así, que al llegar allí dirás, un voluntario. Isidoro. Y no, le pongo el traje de Aníbal Calor, digo, venga, a cantar. A cantar Bocatriz. Que yo he quedado, que me tengo que ir. Bueno, esas son mil ruinas, circenses. ¿Maravillosas te pagaron? ¿Que si me pagaron? No, no, no, ni me devolvieron el dinero.
Y encima yo no vi nada. O sea, yo recuerdo que ella puso una música y los niños miraban como diciendo, hostia, que trajes más sucios. Eso me lo contaron después. Yo el traje no lo veía, pero lo olía. Fue un poco la sensorama. ¿Cómo se llama esto que hicieron? Que ibas a un cine y había para todos los sentidos. Olorama, creo que era. ¿Olorama? Fue un espectáculo Olorama. Por suerte no lo conozco. No, te juro que lo que era la careta... Sí.
O sea, lo que yo llevaba en la cara. Sí, sueños rotos de niños. Olía sueños rotos. Ojalá hubiera olido a halitosis. Olía a culo. Golías, hombre, claro, de todos esos niños, de todos esos pueblos que fueron Isidoro antes que tú. Y del señor que no tenía piezas, que seguro que usaba la cabeza de Isidoro de cojín en la furgoneta. O sea, estoy segurísimo. O sea, que yo me he comido el culo de un yonki.
No me lo he comido, pero estás súper cerca. Pero podrías decir que sí. O sea, yo he cumplido ese sueño. Venga, vamos con la gente. Sí, a ver si alguien seca… Vamos a estrenar el bote. Iba a decir… Entra dentro del bote. El primer Isidoro de la noche, ¿no? La primera ruina de la noche... La primera ruina de la noche... La va a contar... Moisés Ruiz. ¡Un aplauso para Moisés! Moisés, bienvenido.
¿Cómo estás? A ver, ¿hablas? ¿Se te oye? Hola, sí. ¿Qué tal? Su primera ruina de hoy es que no se oiga al micro. ¿Te lo has creído? ¿Cómo estás, Moisés? Bien. Bueno, nervioso normal. Nada, hombre. De entrada eres el que más elegante va de los cuatro. Bueno, no. Aníbal también lleva la americana. Oye, me trae la americana y digo, pues si me toca salir, ponte guapo. ¿Ah, sí? Sí, sí, sí. Eso me lo dice mi madre cada semana.
Vivo en San Fernando de Cudinas, soy de Caldas de Montbuy. Muy bien. Están uno al lado del otro. Buena... Agua caliente. Agua caliente, en Caldas, sí. Que te coloque aquí lo que se coloca en las mesas de conferencias. ¿Y a qué te dedicas? Yo soy ingeniero de software, pero trabajo en una escuela y desarrollo aplicaciones también.
Muy bien. ¿Trabajas en unas...? Bueno, sí. Sí, sí, bueno. No sabe la gente si aplaudieron, ¿no? No se sabía si se aplaudieron. ¿Soy muy listo vosotros? Vale, muy bien. ¿Alguna aplicación que conozcamos? No, porque son aplicaciones para farmacéuticas, para escuelas... ¡Ah, qué rollo! No es WhatsApp, ¿no? Pues muchas gracias, Moisés. Bueno, cuéntanos tu ruido, Moisés. Bueno, mi ruina. Mi ruina se remonta a 2021, época todavía COVID, ¿no?
Y yo estaba mirando a ver dónde nos íbamos a ir de vacaciones. Porque a ti el COVID te la pela. Porque a mí el COVID me la pela. Tú estabas mirando a ver dónde podías ir a toser, ¿no? A qué residencia, ¿no? ¿Qué pasa? Que precisamente el tema del COVID, pues claro, estaba mirando, digo, hay muchos países que no se puede ir, hay restricciones, y claro, iba con mi mujer y mi hija, que entonces tenía tres años. Bueno, y eso que está...
¿Tu mujer? Mi hija. Tenía tres, sí. Mi mujer. Bueno, estamos aquí porque es su cumpleaños. ¡Ah, muy bien! ¡Felicidades! ¡Bien! ¡Hoy cómo está la cosa! El spoiler de la historia es que por lo menos vosotros dos sobrevivisteis. Sí, la niña no ha venido. La niña también. Bien, entonces nada, el tema estaba así, ¿no? Entonces yo con un amigo, mi mejor amigo, Gerard, ya sabes quién es. No, no.
Le estaba explicando que no sabíamos qué hacer en vacaciones y tal. Y él me dijo, pues mira, yo este verano... Yo tengo un velero, mi amigo tiene un velero. Ah, sí, sí. ¿Sabías quién era? Ya lo sé. Entonces me dijo, oye, yo voy a pasarme todas las vacaciones en las Baleares, precisamente también por el tema del COVID y eso. Estaré aquí. Que les jodan a los mallorquines. Exacto.
Su amigo no ha comido culo de yonki. No. Y entonces me dijo, oye, venidos, venidos conmigo de vacaciones. Y dije, pues perfecto, ya no tengo que pensar más, ya. ¿Dónde tenemos que ir? Pero es mal, porque tenía que pensar. Empieza la parte idílica, ¿vale? El previo.
que es, bueno, fuimos de vacaciones, estuvimos en Ibiza y Formentera, ¿no? La semana que estuvimos nosotros. Mediterráneamente, Mediterráneamente. A tope. Entonces, bueno, vida de velero, pues fondear en una cala y toda la preocupación que tienes. De lino blanco. También, a tope.
Con una copa balón gin tónica. Si lo haces bien, claro, por supuesto. Qué rabia me estás dando, qué rabia. Sí, sí, sí, el previo, por eso creo que es importante. Cada día lo único que teníamos que decidir es a qué restaurante queríamos ir. coger la Zodiac, irnos al restaurante, comer y volver. Todo hashtags. Todo hashtags. Eso es que en Instagram dan mucho asco, era yo ese verano. Entonces, estuvimos en Ibiza unos días y de ahí nos fuimos a...
Tormentera. Bueno, Tormentera, precioso, con mi Ibiza, pero sus aguas turquesas, transparentes, y tal. Además, ese año había menos gente, además, yo había ido en coche, o sea, en coche. Había movido por la isla en coche, ibas a donde puedes. en las calas que puedes y tal pero realmente en velero puedes llegar a esos sitios en esas playas que estás solo en agosto
Mira, cuando estáis a punto de morir, es que, de verdad, va a excepcionar todo. Entonces, bueno, era un día, estábamos en Formentera, una playa... O sea, nosotros solos, la niña disfrutando allí, pasando súper bien. Volvemos al barco. Y bueno, volvemos al velero y nos ponemos ahí en la cubierta del barco a tomar el sol. Y mi amigo, el patrón, pues se va... ¿El patrón? El patrón. Pero que es de narcos, de repente. Mi amigo se pinta una de pro a popa. Y ahí...
Y era niña jugando con la… Con la pala, bueno. Total, que… Estábamos nosotros en la cubierta y él se fue a un camarote a dormir o lo que sea, a echarse de la siesta. ¿Camarote? ¿Tenía hasta camarotes el velero? Tres camarotes. ¿Tres camarotes? No, entonces tenía dos. Ahora tiene tres. Ahora tiene dos camarotes. Está en la tercera parte de la curva. que estábamos ahí tomando el sol en la cubierta del barco y yo empiezo digo este olor huele fatal el traje de isidoro estaba ahí
Cuando lo explicaba, digo, eso olía como el traje de Isidoro, ¿vale? Digo, pero qué peste. Y le digo a mi mujer, no, no huele. Dice, ostras, sí, ¿verdad? Pero qué peste, ¿qué es esto? La noticia buena es que no teníais hobbit, porque olíais. Por eso nos dejaron ir, sí. Total, que veo que en la cubierta del barco empieza a haber como un chorrillo de una agua amarillenta.
Digo, no sé si será eso, te acercas y si era eso. Era eso, ¿eh? Y llamó a mi amigo, ¿no? Oye, Gerard, que aquí pasa algo raro. Digo, estamos aquí en el barco de golpe, esta peste horrorosa. Por un momento había pensado que era él que estaba en el baño con la ventana abierta, pero no, no, estaba... Lo llamo, sube, qué pasa, qué pasa, se lo mira y dice, no. Y lo veo que baja corriendo, se mete en el baño y abre una pared con una madera.
Y coge y quita la madera y aparece un depósito, que ahora sé que era de 70 litros, se lo he preguntado antes de venir, 70 litros, lleno de mierda hasta arriba. ¡Ay, qué bien! ¡Qué descanso! Sí, no habían pardos, no. Ojalá hubieran sido fardos. 70 litros de verdad. Con la mitad me hubieras hecho feliz. Pues nada. Yo por qué os he explicado antes.
todo este mundo idílico. Al final, yo estaba ahí de gratis. Tienes que hacerlo. Tienes que hacerlo muy. Y le dije, Gerard, ¿puedo hacer algo por ayudarte? ¿Sabes? Yo haciendo ahí... Venga. Por supuesto. Ahora me lo tengo que curar. Tienes gafas de bucear, hermano. ¿Tienes snorkel? Bien. Entonces me dice, es que...
El problema que tenemos, si alguien no lo ha visto todavía, es que cuando tiras el váter eso va a ese depósito y luego yo tengo una llave que abro y desagua. Eso lo puede hacer cuando está a ciertas millas dentro del mar, no se puede hacer cerca de la costa y tal. Es un detalle. La merluza que había comido esta mañana sabía mierda. Por gente de veleros. Pescado a kilómetro. Peor, claro. Total. Me dijo, pues no sé por qué, está atascado. No, esto no sale. Digo, vale.
¿Qué hay que hacer? Me dice, bueno, la salida del desagüe está fuera del barco, evidentemente, está fuera, por debajo de la línea de flotación. Dice que no sé, que esté obturado ahí o algo. Dice, vale, ¿qué tenemos? ¿Qué tenemos? Y me dice, no sé. ¿Qué tenemos, CSI, no? ¿Qué tenemos? ¿Cuál es la situación? 70 litros de mierda, ok, ¿qué tenemos? Muy bien. Una raya de 10 metros, ¿qué más tenemos? Exacto.
Y yo busco algo para volver a desatascar, ¿no? Y bueno, se había cambiado las lámparas que tenía dentro del velero y era una de estas de flexo. ¿Sabes? Esas de flexo. ¿Un flexo? Un flexo. Y dije, pues con esto. Hostia, tío, teníais un velero, pero coño, con un flexo. Con un flexo, porque era ideal, tenía el tamaño bueno, se podía... Sí, sí, es ideal, es lo que recomiendan. Es lo que recomiendan. El de Pixar.
Ahora la mierda tiene... Ahora la mierda tiene sentimientos, ¿no? Del director de Buscando a Nemo, shit. Inside out. Más out que inside ahora. Ojalá. Total, ya me veis, pues yo con mi máscara del decalón, el flexo en la mano, en bañador, y digo, venga, va, a por ello. Me tiro al agua y claro, es que estábamos en Formentera. Era brutal el agua transparente. Había al fondo… Se iban a ver los tropezones de la mierda perfectos. Maravilloso.
Habían peces y... Los peces no sospechaban lo que se les veía. Y mi hija, ¿no? Pequeña. Había peces yéndose. Por lo que fuera. Ahí furioseando, ¿no? Mi hija, ¿qué? ¿Cómo va? ¿Cómo va? Digo, bien. Digo, además es precioso. Es muy bonito. ¿Quieres bajar, cariño? Se ve precioso. Bueno. Yo me meto debajo del agua, tienes que ir a pulmón, ¿no? Y entonces empiezo ahí a meter el palito, el flexo, salgo, oye, que no sale nada, nada, nada, nada, nada. Bueno, yo sigo y mi hija, pesada.
¿Qué ves aquí abajo? ¿Cómo está? ¿Cómo está? Y yo, muy bonito, muy bonito, me fijo. Lo de antes, lo de antes. ¿Qué cantidad de peces? Unos bancos de peces brutales, enormes, plateados, una pasada, una pasada. Me vuelvo a meter debajo del agua. Venga, tiqui, tiqui, tiqui, tiqui. Nada, aquí no sale nada, ¿eh? ¿Qué tal? ¿Qué tal? Último intento. ¿Tú le estás dando a la llave? Esto es la historia de una lavativa. Tú sabes más o menos cómo funciona el tema. Pues...
Bueno, el oso de Jack Knauss. La siguiente opción ya es de... La de la gasolina, ahí. Bueno, digo... El conductor de la furgoneta de Isidoro ha chupado surtidores, bueno... Gracias. Y nada, yo estaba ahí ya, estaba agotado ya de tanto ir a pulmón allí, y le digo, lo intento una vez más y ya está. Mientras tanto, ya te digo, era brutal la cantidad de peces que había, o sea, una pasada. ¿Pero cómo te fijabas tanto? Sí, todo vino porque mi hija me lo preguntaba y...
y yo pues al final me fijaba, ¿no? Porque es optimista, es un tío que tenga mierda delante, ve lo bueno. Es un tío optimista. Ve los peces. Se ha leído el secreto y se ha leído el libro que nos ayuda. Último intento, me meto... Vengo ahí, salgo y digo, ahora parece que ha salido un hilillo, algo. De plastilina. Y era el plastillo que había. La lavativa. Y digo, yo no lo pruebo más. Y dice, va, sí, le vuelvo a dar a ver si conseguimos. Vale, me meto y vuelvo a darle y él sin avisarme.
le da al desagüe. Y 70 litros de mierda se me vienen encima. Pero es que eso no es lo peor. Es recibir la paliza de centenares de peces que en golpes suben, empiezan a bofetearme la cara en el cuerpo. O sea, una situación, ahogándome con la mierda encima, los peces dándome una paliza, salgo del agua ahogándome, no puedo, no puedo, no puedo. Algo dentro de la boca, seguro. Mi hija.
Entró en la boca. Los peces aprovechando. Dale al pijo este de mierda. El tonto este del venero. Tonto este del venero. Un médico en la cubierta le da las manos y le dice tienes una enfermedad terminal. Los resultados, por lo que sea. Yo salí muy agobiado, mi mujer, mi hija y mi amigo tronchándose de risa.
Estoy lleno de mierda, golpes de los peces. Duelen, ¿eh? Cuando te dan centenares de peces de golpe. Parece que no, pero... Entonces ya subí, me pegué una ducha, pero yo ese día ya no fui el mismo. O sea, mirada perdida. Ni para tu mujer tampoco. ¿Habéis tenido más hijos? No. No hay más preguntas, señoría.
Claro, todos habías visto la auténtica Formentera. No le huele mal. Y a partir de ahora, destinos de montaña, ¿no? Mira, la pérdida... Yo diría, ese día no estuvimos unos cuantos días más y yo realmente estaba impactado. Me venían, cerraban los ojos y me venían a tomar con el culo todos los hashtags. Cada vez que cerraban los ojos volvían esos peces. Hashtag shitface. Oye, y has vuelto... Shit of the day.
¿Ya has vuelto a cagar? ¿Te has vuelto a cagar encima o ya...? No, la primera y la última. La primera y la última, pero bueno... Pero fueron muchos litros. ¡Aplausos para la ruina de Moisés! ¡Marvinas! Venga, allí va, siguiente ruina. Venga, vamos allá. Siguiente persona en acompañarnos en el escenario en Barcelona es... Vamos a ver... Mira, hablando de mar. Mar Rovira. Mar Rovira. A ver dónde está. Mar Rovira. Mar Rovira. Allí está. Aplausos para Mar.
Hola Mar, bienvenida. Hola Mar, ¿qué tal? Bien estar aquí. ¿Qué tal Mar, cómo estás? Hola, ¿qué tal? Muy bien, muy bien, saludado a todos. Contestadle cómo estáis. Bien. Están bien. ¿Tú estás bien? Muy bien. Perfecto. ¿De dónde eres Mar? De Barcelona. Barcelona, muy bien. ¿De qué barrio para ver si eres rica? De Horta. No, no, no. Es muy guay, pero no es rica, no es rica. ¿Tiene otras cosas? Creo que Horta nunca se ha aplaudido con ese entusiasmo, ¿eh? No tienes un amigo con velero, ¿no?
No, pero ahí van los tiros. Sí, sí, sí. También, ¿no? Es acuática, es acuática. ¿A qué te dedicas primero? Soy psicóloga. Psicóloga. Uf, aquí lo necesitamos, ¿eh? Pues nada, cuéntanoslo. Habla por ti. Luego os dejo la tarjeta. Exactamente. Sí, y lo daremos también a gente que sube, que yo creo que lo de los peces, allí tienes un año bueno, ¿eh? Estaría mal, ¿eh?
La persona que sube se lleva una tarjetita. Si te entra Moisés con los de los peces, tú ya puedes mirar un Tesla porque ya te digo que esto factura fuerte. La tarjeta de visita de Moisés te la dejo aquí. Bueno, cuéntanos, Marc, ¿de qué va tu ruina? Pues también va del mar, como mi nombre. Eso sería en el 2006-2007. Bueno, yo antes jugaba a baloncesto y lo bueno de jugar a baloncesto es que cada año tienes compañeras de diferentes partes.
del mundo. Eso es lo bueno del baloncesto. Sí, es lo único bueno. Es lo único bueno. Depende del nivel. No como lo que es jugar, que es un coñazo. Lo guay es jugar con alguien de una tribu. ¿Pero a qué nivel jugabas? Porque yo jugué en el de mi cole y todos éramos del barrio de Badalona. Bueno, es que en Horta somos multiculturales. Y ese año me tocó una compañera croata, con lo cual en verano...
Toca ir a Croacia. Ahora ya entiendo por qué te gusta tanto. Esto es así. No era para conocer a la gente, era para que te inviten de vacaciones. Toma, no. Si le llamas a las amigas, pero querías decir Airbnb. de la época vale la amiga croata y entonces pues nada ahí que nos vamos a Croacia ¿todo el equipo? no no me fui yo ah como has dicho vamos ah bueno con la amiga claro sí
Y Costa Dalmata. Ah, ya que nos vamos, vuestras Mercedes, ¿no? Costa Dalmata. ¿Ese es el nombre o es un apodo? Costa Dalmata es una parte de Croacia. Ah, vale. Donde hay perros. Es la parte del lobo del perro. De los 101, 80 eran ahí. La rabadilla del perro. De perros y osos va el tema. Y entonces, pues, oye Mar, vamos a ir a este pueblo, ya casi tocando Montenegro, y vamos a pasar el día allí. Precioso, las islas al fondo.
Bueno, ¿qué vamos a hacer aquí aparte de beber cerveza? Porque allí en Croacia se bebe mucho. Pues mira, hay como aquí. Están las bananas, ¿sabes? Los barcos estos. ¡Ostras! Tengo una necesidad de una banana para otro día. Me había olvidado en Túnez. ¡Ay, madre mía! Pues entonces, oye, pues vamos a hacer esto. En vez de una banana, era como un círculo así grande, te ponías encima. Y la cuestión es que ibas en el barco, bueno, una barca, no sé cuántos metros, serían 10, 12...
No lo sé, más o menos. Yo a mí me preguntas. De repente uno lo... No, lo digo porque estoy como los hombres que se confunden un poco. De repente uno lo... Un año, seis, diez, doce, no sé. No sé. De repente una brisa, un olor a mierda y... ¡Eh, Moisés! Moisés, ¿no? Pasando a... Pues entonces eran 12. Pues ya me va bien. A mí también me va bien. Y entonces iba con una amiga mía croata de metro noventa.
Súper fuerte. Y una amiga suya que jugaba a balón mano el doble de fuerte. Es que lo hacía hasta la gente en general fuerte. Sí, fortaleza. Y luego aquí yo, la pequeñita. Bueno, pequeñita, o sea, el salto. Bueno. Sentada eres alta. Luego a lo mejor de pie tiene la controplasia y es así, pero sentada es muy alta, tía. ¿Veis cómo tenéis problemas con lo de...? A ver.
Y es que los volúmenes no... Ahora se te ve más bajita que porque estás en reposo, pelo. Claro. En reposo, ¿eh? Yo te estaba mirando y pensaba que yo estaba a 20 metros de ti. Te estoy viendo en perspectiva. Vale, entonces. Pues nos vamos con el capitán del barco. El patrón. El patrón del barco inflable. No, el barco tenía su camarote y todo. Lo del depósito y eso no sé si había. Y había flexo.
No, depósito y flexo no sé, pero camarote tenía. Entonces iba el tío con la gorra. Bueno, pues nos salimos de la playa. Bastante lejos y ya empezamos a hacer el rollo este de vas deprisa, tú te metes ahí en el circulito y a ver si te tiran. Qué flipado también hacer eso y llevar la gorra de capitán de vacaciones en el mar.
Un Frankfurt inflable de estos. También lo has contado de la forma menos divertida posible, ¿no? Como de, bueno, te van tirando, te subes, te vuelven a tirar. Es mucho más divertido. Un día más, ¿no?
Sacar el chiste, ¿no? Diciendo, bueno, se cae el del medio. Y esto que me venía a dos... Bueno, si tú no te divertía a ti, no te gustaba aquello. No, pero ya éramos guerreras y el tío no nos pudo tirar. ¡Oh, vale, vale! Es como te vamos a demostrar... Y entonces el tío lo intentó, estuvimos ahí un rato y ya decidió que bueno, es hora de volver.
Vale, estamos bastante lejos. El tío volviendo fracasado. Ya en zona que casi no puedes jugar. Es Gibraltar, a lo mejor. Es de Croacia. Y entonces, bueno, pues vamos a volver. Entonces el tío pone el motor. Te digo que el barco era... Y de repente hace el motor. Digo, no puede ser. Esto se ha parado. Y yo miro a mis dos amigas croatas. Porque, claro, hablaban en croata entre ellos. Digo, ¿ahora qué hacemos? Y de repente me veo a la de balonmano.
No era baloncesto, perdona. Sí, balonmanes baloncesto. Ah, vale. Es que encima hay muchos países y muchos deportes. Sí, esto es complicado. Y yo no hago ninguno. O sea, hay gente que dos. Vale. La de balonmano hace... Y se tira. Se tira. Como para empujar. Se tira. Y yo, digo, ¿qué hace? Y de repente veo a la de baloncesto, metro noventa, fuerte, y se tira. Ahí nació el crossfit. No nació en Estados Unidos, nació en Croacia.
Porque yo veo, la cuerda esta para atar la barca luego en el pantalán, pues cogen las dos guerreras y empiezan. ¿Cuáles renos de Santa Claus? ¿Cuáles renos de Santa Claus? Y empiezan. ¿Pero qué me estás contando? Te lo juro. Sí que son fuertes en Croacia, ¿sí? Sí. Claro, y yo mirando, como los jubilados aquí en España, mirando la obra, yo no me tiraba, ¿sabes? Digo... Ya que buenas amigas. Sí, sí, yo desde arriba, ¿no? Y ya hubo un momento, como Moisés, que digo...
Tengo que hacer algo. Me han pagado la atracción, digo, pues voy a hacer algo, ¿no? Y vomitas, ¿no? Para quitarse peso. Para que no pese tanto el banano ese. Cagas, vomitas y dices, mira, pues... No, entonces digo, oye, que no se diga, yo también juego al baloncesto, pues hago... Y me tiro. No sé para qué, pero bueno. Y entonces lo ves a las tres mujeres. El capitán con la gorra. Vamos, eso de que el capitán es el último que se tira al barco es verdad.
Pero no lo dicen en ese... Aquí, claro, es como con orgullo de hacer el sacrificio, aquí no, cabrones, como que tienes, que tienes. Aquí hay un machismo también súper fuerte. Muy fuerte. Entendió más lo de las mujeres y los niños primero, porque si hubiera habido niños, los hubiera... Primero que fueron. ¿Y un niño por qué no había? Si no lanza al bebé, al guara, al guara. El bebé también, ¿no? Pues mira, llevamos y estábamos lejos. Estamos ahí las tres.
Estirando y aquí llega un tema. Yo creo que teníamos que ir hacia la derecha y luego ya teníamos que girar el barco. En la playa parecía Ibiza, 7 de la mañana, todo el mundo... ¡Ah, sí, la gente animante! Eso era... Nadie ayudando... Nadie ayudando, todo el mundo... Y entonces decimos, bueno, pues hay que girar... Empezamos las tres ahí... Empezamos a girar el barco y de repente viene una ola, otra ola y empieza el barco.
Te lo juro. Y hace... Dos otras abajo. Hostia, hostia, hostia. Y James Cameron allí, filmando con una Super 8. Lo tenemos, lo tenemos, lo tenemos. Mierda, mierda, mierda, mierda. Tercera ola, no podíamos hacer nada, el capitán en la punta así y ya cuando ves que el barco se pone así y empieza... Entonces el tío salta. Saltó, hundimos el barco. Pero hay más, ¿eh? Hay más. Eso es empoderarse. Todo es una metáfora del 8M.
¿Que no nos has ayudado a empujar? Pues te jodes. El negocio ha arruinado, la ruina. La ruina. Vale, entonces, bueno, pues ¿qué hacemos? Ahí todas conmocionadas. Bueno, pues nadamos hacia la orilla. Entonces subimos por la rampa. Yo con tan mala suerte, claro, esto no iba a acabar así, erizo. Y ojo, ojo los erizos de Croacia. Son muy grandes. ¿Qué les pasa a los erizos de Croacia? Son muy grandes. Son muy suyos. Son muy fuertes también. Espinete a su lado, nada. Un aprendiz. Gigante.
A ver si era la hélice del barco. O sea, debería llamarse la Costa Eriza. Más que el alma. Madre mía. Y entonces, claro, digo, bueno, pero yo estaba estresado, coño, acabo de hundir un barco, el erizo. Y mis amigos croatas, que todos son gigantes. Y digo, guau, ¿qué hago con esto? Porque nos queda la noche, la fiesta, tal. Y me dicen, nothing, mea. Aparece Moisés con los 70 litros. Tira aquí. Pon el pie, pon el pie. Y yo, Moisés, ¿dónde estás? Total, ¿qué me va a pasar?
Claro. Me arte encima ya lo de menos. Me arte encima. Claro. Claro. O sea, tú como te meas para acertar... No puedes. No puedes, ¿no? Yo pido ayuda. Bueno, pues yo, no sé, hice ahí un... ¿Una pirueta? Yo pido que me meen. O sea, yo no voy a estar ahí si no he estirado antes. Pero lo conseguiste o no. Bueno, fue un desastre. Eso no salió. Luego tuve que venir aquí al CAP. ¿Para que me mearan? ¿Te trajiste el erizo? El erizo vino conmigo. Lo facturó. Claro, yo volví a Barcelona pensando…
Sentido de culpa máximo. Dios mío, le hemos fastidiado el negocio a ese pobre señor que lo veía yo un poco apurado y se ganaba la vida con el flotador ese. Luego montó un circo. De dibujos animados. Y claro, a mí me digo, tique mal, hemos arruinado la vida de una persona. Pues hace dos años estaba en Zagreb para un congreso de unas cosas. Viajas un montón, ¿no? Sí, sí. Y estábamos en la cena, hay que socializar.
Y empezamos a hablar de, pues digo, yo tengo alguna historia así en Croacia, en un pueblo que se llamaba no sé qué. Y entonces veo al lado mío. Que se empieza a mirar así. Y no estaba ligando. Me mira un poco. ¿Qué pueblo? ¿Qué cosa? Digo, no, bueno, hace como 20 años aquí, pues que hundimos un barco. Hace así y dice, era mi tío. Se suicidó después de aquel... Y por fin le pude preguntar, ¿qué pasó?
Y me dice que va a pasar nada. Al día siguiente sacaron el barco y cobró el seguro. ¡Ah! Aún está bien, aún está bien. Aplausos para los Ruina de Mar, por favor. Siguiente Ruina, venga. ¿Quién sale? a ver sacas tú tomás quien es marianela Custodio. Marianela Custodio. ¡Aquí está! ¡Aplausos para Marianela! ¡Marianela, bienvenida! Gracias por estar aquí. Hola, buenas noches. ¿Cómo te llamas? ¿Qué tal, Marianela? Muy bien, muy bien. No me sale aún Marianela. No, pero tu nombre de verdad, ¿cuál es?
¿Nela o negra? Tú eliges. Porque tengo apodo sudamericano y apodo europeo. ¿Por qué? ¿Por qué? Porque el sudamericano es negra, pero en Europa está muy mal visto, entonces soy Nela. De María Nela ¿De dónde eres? De Uruguay ¿Estás viviendo aquí o has venido de visita? Típicos aplausos, que se aplauden sea de donde sea, Uruguay Creo que es porque comemos gente Creo que se enteraron que comemos gente hace poco y...
Cuando hay un accidente de avión, pues no pasáis hambre. Sobrevivimos. Como sea. ¿A qué te dedicas? Trabajo en una empresa de tecnología, en recursos humanos. Ah, muy bien. Soy de esas. ¿Cuántas personas has hecho hoy? No, yo soy la que contrata. La parte buena. Recursos inhumanos. Sí, sí, correcto. O sea que tú no te comes la mierda como Matías. No, yo no tengo la mierda. Cuéntanos. ¿Tú ruinas?
Bueno, esto es de Uruguay, La Ruina. Llevo muchos años viviendo en Barcelona y ya es bastante vieja. Eran mis jóvenes veintitantos. época universitaria. Uno ligaba muchísimo en esa época, como cualquier persona en el mundo. Bueno. Ay, ay, ay. Es que vaya mes has preguntado, ¿eh? Generalizar. Sí, se te iba a decir. Yo no iba a circos. Como que te lo has buscado tú, ¿no? Yo iba a fiestas, bares... Claro, sí, que parece que no, pero... Pues muy bien.
Me alegro mucho por ti, ¿sabes? Pues sí, ha sido unos veintitantos exitosos. Total, que en uno de esos éxitos universitarios, con un colega de la universidad, nos estábamos liando hace un tiempo y... No fuimos a un hotel por hora, le llaman aquí. Porque yo vivía con mi madre todavía. ¿Cómo se le llama allí? ¿Qué dices le llaman aquí? Tenemos la costumbre de dar vuelta las palabras, entonces en vez de hacerle hotel, le decimos telo. Telo. El Telo es únicamente para los hoteles de hora.
Entonces, ahí además, los veintitantos, no es como aquí que hay mucho Erasmus y los jóvenes van a compartir piso más jóvenes. Ahí como que estamos más... Hasta los tiran todos 26, 27 viviendo con nuestros padres. Porque no nos van a compartir pisos. Aquí, a paso que vamos, hasta que te mueres. Total, que me voy a este hotel por horas con el chaval.
Y claro, él iba conduciendo, yo iba de acompañante y cuando tú vas a entrar en estos hoteles tienen como unos muros por fuera, la privacidad es muy importante. Lo típico para no cruzarte con otras parejas. Ante todo. Que los he trabajado mucho. Claro, el tema es que este cruce no estaba tan bien planeado. planificado en este hotel. Entonces tú desde afuera veías los muros, pero en la entrada tenías esta barra de seguridad que se levanta.
Entonces cuando yo voy entrando... Que se encuentre a su padre con otra, por favor. Le das clavado, ¿eh? ¿Quieren saber su horóscopo? Capricornio, ¿le inquieta algo? mis padres llevaban tres años divorciados y luego de 20 años de bueno matrimonio medianamente feliz se divorcian mi madre empieza
a su proceso de dolor y mi padre empezó el viva la vida loca. Entonces yo en esos lapsus de tres años le conocí como seis novietas. Bueno, jugué. Ni tan mal. De ahí venían mis exitosos 20 años, ¿no? Había una cuestión genética, evidentemente. Total, que claro, estoy entrando y el chico iba conduciendo de este lado, yo iba entrando aquí y los coches que salían de este lado. Entonces de golpe miro la furgo delante.
Y yo aún, no. No puede ser. Y me quedo paralizada mirando al conductor, así en cámara lenta. Y el conductor gira y me mira. Y hace así. Vas a venir a comer el sábado. Claro, claro. Claro, el chico me dice, ¿qué pasa? ¿Qué pasó? ¿Qué pasó? Y le digo, es mi padre. No, ¿qué pasó? No dijo, ¿pasó qué? ¿Pasó qué? ¿Y cómo reaccionó? Este señor es mi padre. Hostia, ha hecho un spoiler fuerte, perdóname. No, no, estupendo, porque al final de la historia, bueno, yo a mí...
Hay dos finales. Uno es, yo entré al hotel. Espero que no sea lo que yo ya... No, eso no, ¿eh? Eso sí que no. Mi viejo me cagó un polvo y mi padre salía muy feliz. Porque él salía y yo entraba. Y evidentemente yo entré, después me he cruzado con mi padre y no pasó nada. Me quedé en la habitación sentada así, media que... Vaya hora pagaste, ¿no? Vaya hora pagaste. Pero claro, igual te voy a tocar a mi habitación.
Mira, no lo había pensado, ¿eh? Mira, un trauma nuevo que te lleva. ¿Un trauma nuevo que te lleva? ¿Por dos traumas por uno? Claro. Mar, tenés cita de psicóloga, necesito una. Aplausos para La Ruina de Neda. Venga, nos da tiempo una última, va. Última ruina de la noche hoy en Barcelona es... Vamos a cerrar la noche con... A ver, a ver, a ver, a ver... Rubén Archie. Rubén Archie, a ver dónde está. Aplausos para Rubén.
Bienvenido, gracias por estar aquí. Gracias por venir. Hola Rubén. ¿Qué tal? ¿De dónde eres Rubén? Soy de Pamplona, pero hace mil años que vivo en Rubí. Muy bien. Y que... ¿Y ese cambio, ese cambio? ¿Viniste por amor, por trabajo? No, vine, tenía nueve años, me trajeron. Que si no, que te obligaron un poco, ¿no? A ir a Rubí. Sí, un pedido. No, mi padre se...
le echaron 70 litros de mierda encima, le quitaron los servicios sociales, la custodia y me llevaron allí. Claro, y dije hasta aquí, ya está. ¿A qué te dedicas? Soy arquitecto, por eso lo de Archie. ¿Cuál es tu edificio favorito? ¿Edificio? Hombre, como arquitecto no te puede sorprender tanto esta pregunta. Soy arquitecto. ¿Edificio? ¿Edificio o qué? Yo he oído en mi vida esa palabra. ¿Qué es eso?
¿No te lo has planteado nunca? Es que soy arquitecto de software, no arquitecto. Fíjate, ¿eh? Ahora... Fíjate... Lo pones en contexto y tiene sentido, claro. Fíjate cómo ha dado la vuelta a la historia que te estábamos dejando de tonto a ti. Y éramos nosotros. Claro, claro. Y bueno, pues no te preguntaré de tu programa favorito.
Bueno, pero responde igual, ¿cuál es tu edificio favorito? Ah, pues no lo sé. ¿No lo sabes? No lo sé. ¿Qué va? Los edificios son, no sé, para... Son una mierda, ¿no? No me interesa. Para que todo lo online, ¿qué es lo que mola? Si no, sería arquitecto normal, no me interesa. El NH. Bueno pues cuéntanos, cuéntanos Rubén Vale
¿Esta ruina cuándo pasó? Hostia, no me acuerdo. Joder, no sabes nada, tío. Hará quizá, no sé, pues tres o cuatro años. Joder, tampoco hace tanto. No, no, no hace mucho. ¿O 17? No. Me paso con mi hijo, pero primero tengo que presentar a alguien. Y ahora de repente sale Trancas y Barrancas. Tengo que presentar a alguien, tío.
A ver, os tengo que presentar a mi perro, que se llama Coco. Pero va a entrar. ¿Viene? ¿Está allí? No, no. Ah, vale, vale. Coco. Coco es un perro muy chiquitín. Fue adoptado de una ciudad de Murcia, que no es ni Murcia ni Cartagena. La otra. Por ahí, sí. La otra. Y es especial porque, no solo porque vive con nosotros. Ni porque tiene acento murciano. Sí, es verdad, es verdad. Ahora diría, hacho, hacho.
Sino porque es muy chiquitín, es como un galgo, pero un pequeño. Un lebrel, yo tengo una malla, un galgo enano. Creo que es más pequeño que un bichero. Pero si no has visto la mía, ¿cómo sale? No, pero por la... mi perra es la mitad que el móvil como es la tuya ¿Eh? Es un llavero. ¿Cómo es? ¿Es más grande o más grande? La mía más grande, entonces. 12 metros. Un mastín, otro mastín. Bueno, sí.
No, bueno, total, que coco no tiene ni un gramo de grasa y entonces al ser tan chiquitín y tan flacucho... Da mucha cosa porque lo tocas y enseguida es como muy sensible. Entonces en casa tenemos una norma que desde que llegó ya dijimos no le vamos a dejar dormir dentro de la cama.
El perro dentro, no. Porque un perro anterior ya dormía dentro y dejaba tu lleno de pelos y digo, no, dentro de la cama, no. Como es pequeñajo, si quieres que se suba y que esté ahí, si quiere compañía y tal, pero que dentro no se meta. Vale, pero luego viene el perro y así por la noche. Es que les encanta. Aquí hay que hacer un paréntesis. Les flipa meterse debajo de las sábanas. A los algos enanos. Al principio vino de noche. No, es verdad, es verdad. Os juro que esto no es ironía ni broma.
Lo buscáis en Google y, lo digo por experiencia, se meten debajo. O sea, yo te juro que yo a veces hago así con las sábanas, digo que vaya entrando oxígeno. Claro. A ver si se ahoga. Pero mandan ahí nueve horas. Como en un cifras de Isidro. Es alucinante. O sea, hay horas donde no respiran y sobreviven. Vale. O sea, esto es cierto. Aunque la norma era esa, siempre hemos...
Bueno, va, yo no te veo, tú entra. Entonces se mete y se queda enroscado. ¿Y tus pies? Bueno, entonces ya podéis olvidar a Coco. Hombre, no, pero si ahora me cae bien. Pobrecito. Y yo que tengo mucho cariño a los animales, por favor, que no le pase nada. Que te pase todo a ti, por favor. A ver, a ver. Deja al perro en paz. Nos olvidamos, sigamos, sigamos. Exacto, exacto. Sigamos adelante.
Vale, entonces la ruina... No sé si se ha pasado alguna vez que habéis visto un documental que cuando acaba decís... ¡Hostia! Me ha cambiado la vida. A partir de ahora tengo que hacer esto bien. A diario me pasa eso. Luego no que hago caso. De asesinatos. Ahora lo voy a hacer bien.
Era esto lo que fallo yo. Es decir, coño, esto era lo que yo... Esta era mi vocación. Claro, a partir de ahora esto lo voy a hacer diferente. Bueno, pues este documental iba del cambio climático relacionado con comer carne. Entonces iba de, bueno, si no comes carne, pues no sé qué porcentaje del CO2 es por todo lo de crear animales para después matarlos y tal tal. Yo estoy pensando en coco todo el puto rato, ¿eh? Lo de comer animales, tío.
No te comas a coco, eh. No te comas a coco, eh. Chicamos. Coco está olvidado. Entonces, claro, era todo comer insectos, peces y plantas. Pero los peces son animales también, eh. Sí, pero... Pero para el cambio climático no ha importado mucho. Y además comen mierda. Pegan palizas. Como venganza. Vale. Bueno, entonces... Claro, acabase documental y bueno, yo salí pues con, venga, vamos a intentar las cuatro cosas que yo pueda hacer.
Sin mucho sacrificio, pero bueno, yo me quito de la carne. El yogur a plástico y cuatro cositas. ¿Cositas así? Para sentirte bien. Sí, claro. Bueno, pues vamos a hacer la compra con Hugo, mi hijo y mi mujer un sábado y vamos a mirar a ver qué cosas hay en el súper que puedan ser vegetales para no comprar la misma en carne. Y encontramos dos cosas que se llaman rulo de setas y pimientos y otro rulo de tofu y algas que son como una pasta de avena con agua y más cosas.
No, la vela. Dijo nunca nadie a esto. Lo que queda es como una especie de mortal. Buen rulo me voy a comer hoy pa' cena. En el sonar a veces... En el sonar a ciertas horas te los comes de rodillas, los rulos. Porque además de... esos son rulos, esos sí que son de verdad veganos, porque cuanto más comes, más hay.
Eso es. Y no estás agotando al planeta Tierra. Bueno, estoy deseando que no le pase nada a Coco, de verdad. Pues es como una especie de mortadela la cosa. Entonces coges el rulo y lo cortas. Como en el sonar.
lo lees ahí porque no sabes cómo hacer esa cosa y te dice, córtalo en trozos de un dedo de grueso y a la plancha ahí... y lo que sobre para tapar agujeros de la pared bueno eso ya lo descubres tú entonces cuando compramos aquello pues dijimos venga hoy sábado de padre e hijo y mi hijo y yo nos pusimos ahí mano a mano a comernos el rulo aquel día. ¡Qué envidia! ¡Paul McCartney en su casa dando aplausos!
Vaya recuerdos bonitos. Planeta salvado. Juan, como he hecho esas cenas con mi padre. Pior componiendo un nuevo tema, ¿no?
¿Cuántos años tenía tu hijo ahí en ese momento? ¿Cuántos años tenía tu hijo? Pues tendría pues 8 o 9 ¿Y Coco? ¿Qué más da el hijo? ¿Y Coco? Pues el Coco 3 o 4 Empezamos antes de la hora de comida, con el rulo, venga, a la plancha, y venga, si lo tostabas bien a la plancha, esto estaba hasta comestible, entonces, venga, empezamos ahí, pim, pam, y jugando a la consola en la tele todo el día, venga, plan, padre, hijo, ah, qué guay, qué día más guay, venga.
Nos comimos todo el rulo, que era un trozo grande. Ya tengo el spoiler. Calla, no me haces el spoiler. No me voy a decir, pero lo tengo, es que tengo un don. Además no soy capricornio, así que no... y vale, nos quememos todo el rulo todo el día, ¡ay, maravilloso va! Y luego, bueno, pues nada, a la noche nos fuimos a dormir, ¡venga, vamos a acabar el día! Y dormimos los dos juntos también. Y bueno, pues...
Pasó lo que tenía que pasar. El rulo había ido haciendo su cosa. Todo el día, claro. Y como nos comimos todo el rulo y vete a saber qué es lo que tiene eso, pues no sé qué clase de químico hizo eso. Que allí salió un cuesco apocalíptico. ¿Tuyo o de tu hijo? O conjunto, que es muy bonito. No sé quién se lo tiró, pero sí quién se lo comió. Pues no me hace gracia.
Total, que bueno. Se lo toma Greta Thunberg, claro. Y ya sabes que bueno, la cama está además recién hecha porque acabamos de meternos en la cama y está el tretón bien puesto, todo bien cerrado. Sellada, sellada. Una manera para... a salir ahí el aire. Bueno, pues cuando sale aquello, es que no se podía respirar. ¿Sabes qué? Te ríes, sueltas el aire, pues luego el cuerpo rechaza coger aire, porque eso es tan... Pues ahí estamos los dos boqueando.
Ahí respirando y riéndonos y respirando para afuera. Y como que se mueve una cosa ahí dentro de la cama. Coco como… Coco y no Coco Chanel de perfume. No, Chanel no. El otro Coco. Coco saliendo como un soldado… Coco salió del grupo también. Sí, sí, tal cual. Salió el pobre ahí tambaleándose y tosiendo. Había aprendido a hablar, Coco. Con lo sensible que son los galgos enanos. ¡Hombre!
Coco aprendió a hablarle. ¡Hijos de puta! ¡Nunca más en rulo este, cabrones! Pobrecillo. Pobrecillo, sí, sí. Sí, sí. Y fíjate que estaba deseando que el rulo fuera comida para perros. Se lo comió, ¿no? De alguna forma se lo comió, sí. Eso es esta cara. Un aplauso, por favor, para la ruina de Rubén. Para la ruina de Coco. Para la ruina de Coco, claro. Bueno, vamos a entregar premio. Pero antes, un aplauso para todas las ruinas de esta noche. Gracias por vuestras ruinas. Ha sido fantástico.
Vamos a hacer repaso, repaso de ruinas. Hemos empezado con Moisés y los 70 litros de mierda. Es un dato que además me gusta mucho. Tenemos específicos 70 litros de mierda. Luego, Mar hundiendo el barco de un señor. que al final bueno oye mira lo pudo recuperar con un pinchazo de erizo luego nela encontrándose a su padre saliendo del hotel por horas del telo y rubén y la ruina de coco realmente
Tuvo las consecuencias de que su dueño empezara a comer rulo. Estas han sido... Coco, que era... Las ruinas candidatas. ¿Qué raza me has dicho? Un galgo italiano. Era un galgo normal hasta que se comió el... pedo y se convirtió en enano. Se escogió, ¿no? ¿Solo uno puede ganar la ruina? ¿A quién le damos, animal? Me han gustado un montón todas las ruinas. Pero tengo una favorita. Sí, gana por 70 litros. ¡Te llevas el juego de la ruina!
¡Bom! Te llevas el tetra de Umbli, ¿qué te parece? Sí, os gusta, ¿eh? Ponte con nosotros aquí. Es mucho mejor. Y mira qué regalo tenemos hoy, que si algún día… Tienes como que desatascar otra vez la mierda. Sí. Miren… Ni tan mal, ¿eh? Ni tan mal, ¿eh? A ver, ponte la boca. Hombre, ¿estás preparado? Con todos ustedes. El hijo de Guille Milky Way de la casa azul y da pan. ¡Aplausos para Moisés! ¡Aplausos para Aníbal!