E211 No es adicción a la pantalla. Es a otra cosa. - Español Intermedio - podcast episode cover

E211 No es adicción a la pantalla. Es a otra cosa. - Español Intermedio

Apr 25, 202515 minSeason 1Ep. 211
--:--
--:--
Listen in podcast apps:
Metacast
Spotify
Youtube
RSS

Summary

Este episodio explora si la adicción a las pantallas se debe realmente a la dopamina o a una necesidad de evitar la incomodidad. Se discuten estrategias para ser más conscientes de nuestros impulsos y tomar decisiones más intencionales sobre el uso de la tecnología, enfocándose en la atención y la elección en lugar de la fuerza de voluntad.

Episode description

🧠 ¿De verdad estamos enganchados al móvil… o estamos evitando algo más profundo?

Pensaba que mi problema con las pantallas era la dopamina. Probé eliminar apps, hacer "detox digitales"... pero siempre volvía a lo mismo.

Hasta que entendí que no era solo tecnología: era incomodidad. Cada vez que desbloqueaba el móvil, no buscaba entretenimiento, buscaba escapar.

En este episodio te cuento cómo cambiar esa relación con las pantallas, no con fuerza de voluntad, sino con algo más simple (y difícil): aprender a estar presente.

Free eBooks: Habla español con AI & La guía del estudiante de español

Mis cursos online:

Nuevo: Español Camaleón - A REALISTIC pronunciation course

Español Ágil - Intermediate Spanish

Español PRO - Advanced Spanish

Español Claro - Upper-beginner Spanish

Si no sabes cuál es mejor para ti, haz el TEST.


Intermediate Spanish Podcast with Free Transcript & Vocabulary Flashcards www.spanishlanguagecoach.com - Aprende español escuchando contenido natural adaptado para estudiantes de español de nivel intermedio.

Si es la primera vez que escuchas este podcast, puedes usarlo como un podcast diario para aprender español - Learn Spanish Daily Podcast with Spanish Language Coach

Social media:
YouTube
Instagram
...

Transcript

Y si el verdadero motivo por el que no puedes dejar de mirar el móvil u otras pantallas no fuera la dopamina. Y si el problema no está en la tecnología, sino en algo mucho más. Me explico, seguramente has escuchado que el uso del móvil está relacionado con la dopamina. La dopamina es un químico que produce nuestro cerebro, es una sustancia natural que está relacionada con el placer, con la motivación y con la recompensa.

Cuando haces algo que te gusta, como comer chocolate, escuchar música o recibir un mensaje bonito, tu cerebro produce dopamina y eso te hace sentir bien. hacemos algo y recibimos una recompensa. Nos sentimos bien por un periodo breve de tiempo. Y sabemos que muchas aplicaciones de nuestro teléfono están diseñadas para activar ese sistema de recompensa. Por ejemplo, cuando ves un vídeo corto que te entretiene o cuando descubres algo nuevo leyendo las noticias, aunque sea una noticia negativa.

pues tu cerebro produce un poquito de dopamina y ese pequeño placer hace que quieras repetir la acción. Por eso muchas personas dicen que las redes o los móviles son adictivos, porque te dan recompensas constantes, pequeñas, pero frecuentes, que te hacen volver una y otra. Es un ciclo, ¿verdad? Abres el móvil, ordenador o tablet, recibes una pequeña recompensa, te sientes bien. y tu cerebro quiere más. Ese ciclo de estímulo y recompensa es lo que se conoce como el circuito de dopamina.

Pero, como vamos a ver en este episodio, esa no es toda la historia. Y repito la pregunta de antes. ¿Y si el problema no está en la tecnología, sino en algo mucho más humano? Hola estudiante, ¿cómo estás? Yo soy César y hoy vamos a hablar de pantallas, de móviles. de tecnología pero sobre todo vamos a hablar de por qué a veces nos cuesta tanto estar con nosotros Antes de empezar, te recuerdo que en la página web spanishlanguagecoach.com tienes disponibles todos los recursos gratuitos.

Para este episodio, puedes leer la transcripción completa en español, ver la traducción al inglés y practicar el vocabulario. Además, en la sección de cursos de la web verás que en unos días, el 5 de mayo, abren las inscripciones a mis cursos de diferentes niveles. Te animo a dejar tu email en la lista de espera. si quieres mejorar tu español. como hemos comentado se habla mucho de dopamina y de las pantallas durante mucho tiempo pensé que mi problema con el móvil

Tenía que ver con la dopamina. Creía que mi cerebro se había acostumbrado a recibir pequeñas recompensas cada vez que entraba en Instagram, entraba a leer los periódicos, leía mis mensajes en WhatsApp… o pasaba un rato en YouTube. Y claro, al igual que muchas personas, pensaba que esa sensación de placer era adictiva. que el problema era ese, un problema químico, un problema de dopamina.

Así que intenté solucionarlo como si fuera una cuestión de biología. Probé varias estrategias que había visto en vídeos o leído en artículos y te cuento... todas las estrategias que he usado. Poner el móvil en blanco y negro, usar aplicaciones para bloquear otras aplicaciones. eliminar redes sociales del teléfono e incluso hacer una especie de detox digital, es decir, dejar el móvil completamente durante varios días.

También he probado con ponerme mensajes de fondo de pantalla en el móvil, que es un poquito cringe. Por ejemplo, ahora tengo uno que dice... No sé si se puede ver. Bueno, dice... En cada cosa que haces estás eligiendo una dirección. Tu vida es producto de la elección. Pues eso, un poquito cringe, da un poquito de vergüenza ajena, pero está bien.

Y al principio parecía que funcionaban. O sea, durante un tiempo notaba como menos ansiedad, sentía que tenía más tiempo, que estaba más presente, que leía más libros también. Pero después de unos días, pues volvía a lo mismo. Volvía a instalar las apps, volvía a hacer scroll, volvía a abrir YouTube cuando tenía un momento libre y entonces pensaba... Es que tengo poca fuerza de voluntad. No soy capaz de controlarme. Quizás estoy enganchado de verdad.

enganchado, adicto, ¿no? Como casi todo el mundo, pero yo no quiero eso, ¿no? No creo que nadie lo quiera, de hecho. Y hay una expresión española que dice mal de muchos... Consuelo de tontos. Esto quiere decir que no tiene mucho sentido sentirnos mejor solo porque otras personas también tienen el mismo problema. Es decir, saber que muchas personas sufren lo mismo que tú no debería ser un consuelo, confort.

Sabemos que es una adicción moderna, una adicción a la estimulación constante, al entretenimiento rápido, a evitar el aburrimiento. Pero después de repetir ese patrón muchas veces, el de probar algo, mejorar unos días, recaer, entonces empecé a hacerme otra pregunta. ¿Y si no se trata solo de dopamina? ¿Y si el problema no es tanto el móvil o las pantallas?

sino otra cosa más profunda. Y aquí, estudiante, fue cuando empecé a mirar más allá. Empecé a pensar que quizás no era adicto al móvil, sino... a evitar sentirme incómodo, estaba enganchado a evitar sentirme incómodo. Me di cuenta de que cada vez que tenía una emoción incómoda, aunque fuera pequeña, buscaba una pantalla. Por ejemplo, si estaba aburrido, abría Instagram. Si tenía que empezar una tarea difícil, lo primero que hacía era mirar el correo o ver vídeos en YouTube.

Si estaba esperando en la cola del banco o sentado solo en una cafetería, sacaba el móvil inmediatamente. No porque tuviera una notificación, no porque quisiera ver algo específico, sino simplemente porque estar ahí sin hacer nada me resultaba incómodo. Y me costó bastante tiempo darme cuenta de esto porque lo hacía de forma automática, sin pensar. No era un hábito consciente, sino una reacción casi instantánea.

Un pequeño malestar aparecía, una sensación desagradable y mi mano ya estaba en el bolsillo buscando el móvil. Y claro, en el momento en que lo desbloqueaba y empezaba a mirar cosas, ese malestar desaparecía, por lo menos durante unos minutos. Empecé a observarme con más atención y noté que muchas veces usaba las pantallas no para entretenerme, sino para no sentir, para no sentir aburrimiento. para no sentir dudas o simplemente para no estar solo conmigo mismo.

Usaba el móvil como una especie de escudo, un escudo que me protegía del silencio, de la incomodidad, del vacío, ¿no? Y esto fue un cambio de perspectiva muy importante para mí, porque si el problema no era la dopamina, si no era solo placer y recompensa, entonces las soluciones tampoco podían ser solo técnicas. no bastaba con eliminar apps o limitar el uso del móvil. Había que mirar más adentro, había que entender qué era eso que me incomodaba tanto, qué era eso de mí que no quería ver.

Y lo que de verdad me ayudó y no lo descubrí de un día para otro, fue algo muy simple, no fácil, pero sí simple. Empecé a hacer una pausa, una pausa de apenas 10 segundos antes de abrir una aplicación, antes de desbloquear el móvil o la televisión, antes de buscar distracción. Diez segundos en los que me hacía una sola pregunta. ¿Qué estoy intentando evitar ahora mismo? Muchas veces la respuesta era muy concreta. Estaba evitando mandar un correo electrónico incómodo.

con el que había estado procrastinando o estaba evitando... ¿Una conversación incómoda? ¿Una conversación pendiente? ¿O estaba evitando una sensación como la tristeza? el aburrimiento o simplemente esa incomodidad de no saber qué hacer con el tiempo. Otras veces no tenía una respuesta clara, pero solo hacer la pausa, solo pararme y mirar hacia adentro ya cambiaba. El impulso de usar el móvil perdía fuerza, no desaparecía por completo, pero ya no era tan automático.

Al observarlo, al ponerle nombre, se volvía más pequeño. Y con el tiempo me di cuenta de que muchas de esas pequeñas incomodidades no eran tan terribles, solo eran humanos. Todos la sentimos, todos evitamos cosas de vez en cuando. Pero si no aprendemos a estar con ellas, acabamos pasando buena parte de nuestros días huyendo, escapando, saltando de una pantalla a otra, de un vídeo a otro, de una notificación a otra. La pregunta de...

que estoy evitando, me ayudó a cambiar eso. Me ayudó a mirar hacia esa sensación de malestar en lugar de correr en la dirección contra. Y para profundizar más en este tema, cuando digo que a veces creo que evitamos sentir esa incomodidad me he dado cuenta de que muchas veces esa incomodidad tiene que ver con tomar decisiones. Y como adultos tenemos que tomar muchísimas decisiones, ¿verdad? Algunas bastante importantes.

Y muchas veces pues caemos en la trampa de no tomarlas cuando en realidad no tomar una decisión ya es una decisión. Además, no tomar una decisión puede salir bastante... Y te pongo un ejemplo que me pasó hace unos meses cuando nos mudamos a... Estuve procrastinando bastante con el tema de la mudanza y de cómo llevar todas nuestras cosas de Londres a Valencia. Había que contratar una empresa de transportes y además hacer algo de papeleo, algún trámite.

Y postergué esta decisión, bueno, la postergamos porque era cosa de dos, ¿no? Y al final la mudanza fue muchísimo más cara de lo que debería haberlo sido. Y con todo esto que te estoy contando, estudiante, no digo que el problema sea mirar una serie, ni ver vídeos, ni usar redes sociales. El problema es cuando lo hacemos para no estar presente.

para no sentir lo que hay dentro. Porque si cada vez que hay una emoción incómoda abrimos una pantalla, al final pasamos el día entero escapando, postergando decisiones y evitando cosas. Buscamos pequeñas dosis de anestesia constante, algo que bloquea las sensaciones, igual que el dentista te pone anestesia para no sentir dolor, pues nosotros usamos las pantallas para... No sentir emociones que no nos gustan. No queremos sentirnos, pues eso, aburridos, solos, tristes, confundidos.

Y bueno, después de todo este proceso entendí algo importante, que no necesitaba más fuerza de voluntad. No necesitaba ser un héroe que resistiera la tentación del móvil como si fuera un castigo. lo que necesitaba era un poco más de consciencia, más atención a lo que estaba sintiendo y a lo que estaba haciendo. Porque cuando te das cuenta de que no estás buscando entretenimiento, sino escape...

Todo cambia. Como digo, lo que realmente me ayudó fue entrenar algo muy sencillo. Hacer una pausa, observar y elegir. Primero, notar el impulso, ese momento en el que vas a sacar el móvil sin pensarlo, luego respirar. Literalmente, parar un par de segundos y tomar aire y después hacerte una pregunta. ¿Quiero mirar el móvil porque lo necesito o porque estoy evitando algo?

Y muchas veces solo con hacer esa pregunta la urgencia desaparece o al menos se reduce. Y ahí puedes elegir. ¿Quieres seguir con lo que ibas a hacer o simplemente observar ese malestar un ratito más? Y a veces ganarás la batalla y otras no, pero en todo caso ser consciente de ese proceso de evitación es fundamental. Y no se trata de prohibirte nada, no se trata de vivir sin móvil o sin pantallas, se trata de usar las pantallas con intención, no como una reacción automóvil.

Y esto, pues estudiante, se entrena. Igual que entrenas un músculo, puedes entrenar tu atención. Al principio cuesta, es normal, pero cuanto más lo practicas, más fácil se vuelve. Y hay días en los que... Me sigue costando, hay momentos en los que no me apetece enfrentarme a lo que tengo delante, pero ahora al menos me doy cuenta. Y esa conciencia ya para mí es un cambio enorme. Y al final no se trata de vivir sin pantalla, se trata de no vivir escondiéndonos detrás de ella.

Y ahora, estudiante, si te ha gustado este episodio, si te ha hecho reflexionar o si te has sentido identificado, te invito a suscribirte al podcast, a dejar un comentario para practicar tu expresión escrita. Y si puedes valorar el podcast en tu plataforma favorita, pues todo eso me ayuda muchísimo a llegar a más estudiantes como tú. Hasta el próximo episodio. Un abrazo grande.

This transcript was generated by Metacast using AI and may contain inaccuracies. Learn more about transcripts.
For the best experience, listen in Metacast app for iOS or Android
Open in Metacast