E165 El consultorio de Elena Francis, la mujer que nunca existió - Intermediate Spanish - podcast episode cover

E165 El consultorio de Elena Francis, la mujer que nunca existió - Intermediate Spanish

Mar 07, 202423 minSeason 1Ep. 165
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Imagina confiarle a una amiga tus secretos y problemas sentimentales y recibir como respuesta los peores consejos posibles.

Imagina además que después de muchos años te das cuenta de que esa amiga nunca existió.

Esta es la historia de Elena Francis, la voz amiga de millones de españolas, que nunca existió.

En este episodio hablamos de manipulación, control, machismo y del poder de la narrativa.

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Transcript

Episodio 165: El consultorio de Elena Francis, la mujer que nunca existió

¿Qué tal, estudiante?

En los episodios anteriores hemos hablado de Inteligencia Artificial, del presente y del futuro.

En este quiero que volvamos al pasado, viajar en el tiempo a la sociedad española de hace unas décadas.

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Y ahora, empezamos con el episodio.

Año 1960. Imagínate a Lucía, una mujer casada de 25 años que vive en España. Desde que nació ha vivido bajo un gobierno muy autoritario, una dictadura. Lucía se casó muy joven, pero no porque quisiera, sino porque sus padres la obligaron a casarse con un buen partido. En español cuando alguien es posiblemente una buena pareja, quizás por su dinero o posición social, se le llama un “buen partido”. Pero el marido de Lucía no es bueno para hablar de sentimientos; es un hombre un poco frío. Y ella tampoco tiene mucho tiempo para hacer amigas a quienes contarle sus cosas, ya que pasa todo el día cuidando a sus tres niños pequeños y al cuidado de la casa.

Pero todas las tardes, a las 5 en punto, Lucía enciende la radio y escucha una melodía muy familiar.

Luego, la saluda una voz conocida: la de la señora Elena, que comienza diciendo: "Querida amiga…". En este programa de radio, Lucía escucha las voces de otras mujeres con problemas similares a los suyos y las respuestas de Elena, que parece saberlo todo.

Durante ese ratito, Lucía deja de sentirse tan sola. Sin embargo, las respuestas a todas sus preguntas ya las conoce, y son las mismas de siempre. Algo así como: "A la vida hemos venido a sufrir. Sé buena madre y esposa, y no te metas en los asuntos de los hombres".

Aunque Lucia es solo un ejemplo que te he puesto para que imagines la situación, este programa de radio existió de verdad y se llamaba "El consultorio de Elena Francis". Un consultorio es un lugar donde las personas hacen, justamente, sus consultas, piden consejo, recomendaciones. Y es que en esa época eran muy comunes los consultorios de belleza, donde las mujeres iban a preguntar cómo mejorar su piel o su pelo, y recibían recomendaciones de tratamientos y productos.

Pero este consultorio de radio era un poco diferente. Al principio, todo fue parte de una estrategia de marketing, es decir, de un plan para promocionar un instituto de belleza. José Fradera y Francisca Elena Bes Calbet, eran dueños de una empresa, de una sociedad, llamada "Instituto y Laboratorios de Belleza Francis". Ellos tuvieron la idea de hacer un programa de radio para dar a conocer sus cremas. La idea fue hacer que el programa fuera como un consultorio donde una mujer llamada Elena Francis daba consejos.

Aunque comenzó con el mismo propósito que los consultorios de belleza tradicionales, se terminó convirtiendo en un lugar donde hombres y, sobre todo, mujeres, hacían preguntas que no podían hacer en otros lugares. Tenía una duración de treinta minutos a una hora y se dividía en dos partes. Primero, daban consejos sobre belleza para publicitar esta marca de cosméticos "Francis". Y en la otra mitad la señora Elena se dedicaba a responder cartas de sus oyentes sobre todo tipo de temas. El primer programa se transmitió en 1947 y el último en 1983. El programa se transmitía, de lunes a viernes, y debido a su popularidad, incluso llegó a transmitirse los sábados.

Así que, estudiante, ya puedes ver que muchas personas en España escuchaban este programa y casi a diario. Hoy a medida que hablemos sobre este programa irás comprendiendo el gran impacto que este programa tuvo en la sociedad española de esa época y en cómo realmente, los medios de comunicación pueden influirnos muchísimo.

El Consultorio de Elena Francis se convirtió en un verdadero "consultorio sentimental", porque estas cartas se volvieron cada vez más íntimas. Al principio eran preguntas sobre cocina y jardinería, belleza, salud… pero luego las personas empezaron a escribir sobre sus relaciones amorosas, sus sufrimientos y problemas.

Lo que sí tenían en común todas estas cartas es que estaban escritas para "Elena Francis".

¿Quién era esa tal Elena Francis?

Era la voz del programa: la voz de una mujer madura y de clase alta de Barcelona, que a veces sonaba muy comprensiva y cariñosa, y a veces sonaba muy seria y autoritaria. Para muchas mujeres de aquella época, Elena Francis era una fuente de sabiduría, es decir, daba la sensación de que lo sabía todo. Aunque la realidad era bien distinta, porque Elena Francis no existía. Era más bien un personaje de ficción creado por un equipo que trabajaba para este programa de radio. Las respuestas a las cartas, e incluso algunas cartas que salían en el programa, eran escritas o inventadas por un equipo de escritores.

¿Y cuáles eran los consejos del consultorio para las mujeres de ese entonces, de esa época?

Pues, antes que nada, es importante recordar el contexto histórico, es decir, lo que estaba sucediendo en esa época en España. En ese momento había, nada más y nada menos que una dictadura, es decir, un gobierno en el que una sola persona o un grupo pequeño de personas tiene el control total sobre el país. En una dictadura, generalmente, no hay elecciones democráticas y el dictador se mantiene en el poder durante bastante tiempo mediante el uso de la fuerza o la violencia. Este periodo de tiempo donde ocurrió esta dictadura en España se lo conoce como “franquismo” por el nombre de su dictador: Francisco Franco. Hemos hablado de él varias veces, pero especialmente en uno de los primeros episodios, el número 11 titulado La dictadura española.

Esta dictadura duró 36 años, desde 1939 hasta 1975. Y si prestaste atención, es casi la misma fecha en la que se transmitió el Consultorio de Elena Francis. ¿Casualidad? Pues no, ya que el consultorio no solo pertenecía al instituto de belleza Francis, sino que, pasado un tiempo, el gobierno se dio cuenta de que podía ser una buena herramienta para "educar", o mejor dicho, adoctrinar, a las mujeres, o sea, para enseñarles los valores de esa dictadura. Una organización en particular se encargaba de esto, se llamaba la "Sección Femenina de la Falange". Mediante diferentes medios de comunicación, como libros, revistas y la radio, esta organización transmitía el mensaje de cómo debía ser la mujer española ideal.

¿Y cómo podemos describir a una mujer ideal a ojos de la dictadura de la época? Pues era una mujer dócil, obediente, muy trabajadora para su familia y sobre todo, silenciosa.

Esta descripción no me sorprende nada ya que la generación de mis abuelas e incluso de mi madre fueron criadas en este ambiente precisamente. La mujer tenía un papel muy secundario en la sociedad y sus problemas casi invisibles.

La creadora del personaje de Elena Francis fue principalmente su primera guionista, o escritora, Ángela Castells. Ángela era una mujer muy religiosa y era miembro de esa organización que pertencía a la dictadura.

En las cartas que recibía el Consultorio de Elena Francis, podemos ver reflejadas las duras condiciones que sufrían y los pocos derechos que tenían las mujeres. Por ejemplo, antes de la dictadura, a la mujer se le había otorgado, se le había dado, el derecho al voto. De hecho, España fue el primer país de habla hispana en conseguir este derecho.

Pero durante la dictadura, se eliminaron muchos de esos derechos. Te mencionaré solo algunos: Desde 1938, las mujeres casadas ya no podían trabajar en muchos sectores. Esta prohibición tenía como objetivo incrementar el número de hijos que tenía cada mujer, mantanerlas en roles domésticos y fomentar el trabajo masculino.

Además, si una mujer menor de 25 años quería independizarse y vivir por su cuenta, necesitaba el permiso de su padre. La responsabilidad de tomar decisiones sobre los hijos era únicamente del padre; la madre no tenía ningún control sobre ellos. Eso significa que, por ejemplo, el esposo podía dar en adopción a los hijos del matrimonio sin el permiso de la madre.

Este contexto te va a ayudar a entender por qué el consultorio daba ciertas respuestas que hoy suenan terribles, terroríficas.

Elena no solo se limitaba a responder a las 6 o 7 cartas diarías en su programa de radio. Increíblemente, cada una de las miles de cartas que llegaban al estudio eran respondidas. En 2005, se descubrió algo sorprendente en Cornellá (Barcelona). En una casa rural abandonada aparecieron más de un millón de cartas dirigidas a Elena Francis. ¿Cómo es esto posible? Bueno, había un gran equipo de "Elenas" de escritores alrededor de todo el país que se dedicaban a recibir y responder las cartas de los oyentes.

Pietat Estany, una autora de Barcelona, relata que trabajó en este equipo de escritores durante 8 años. Su trabajo, siempre secreto, secretísimo, consistió en responder algunas de las cartas que llegaban al consultorio, y que por no pasar el filtro de la censura, no podían leerse en vivo en la radio. Ella llegó a trabajar para el consultorio gracias a un anunció que salió en el periódico que sólo preguntaba “¿Tienes habilidad para escribir?”.Para ser parte de los "contestadores de Elena Francis", necesitabas tener tu propia máquina de escribir, evitar errores de ortografía y, sobre todo, mantenerlo en secreto, ya que nadie conocía la verdadera identidad de Elena Francis. Claro, todas las respuestas elaboradas por los contestadores después eran revisadas por sacerdotes, por religiosos, y psicólogos que decidían si estas eran aceptables, es decir, si iban de acuerdo a los valores del programa, y del gobierno. Ahora bien, ¿qué tipo de cartas llegaban al consultorio?

Al principio, llegaban solo cartas de las primeras oyentes del programa, mujeres o chicas de clase media alta, un público mas bien de adolescentes de 13 o 14 años de ciudad, que podían comprarse las cremas y los productos de Francis; ya que una crema podía equivaler a dos semanas de sueldo de una trabajadora textil, por ejemplo. No eran asequibles para todo el mundo. Pero luego también se engancharon jóvenes de clase trabajadora que habían emigrado a las grandes ciudades en busca de una vida mejor. Muchas no tenían radio o tiempo para escuchar el consultorio y aún así mandaban cartas porque se sentían muy solas. Hablan de condiciones de vida muy duras, de violencia y maltrato.

Algunas confesaban ser víctimas de violencia de género, es decir, eran maltratadas por sus parejas, o víctimas de agresiones sexuales. Aunque nunca se mencionaban explícitamente, ya que las víctimas usaban términos más suaves para contar su historia. Estas cartas eran identificadas con un asterisco en su sobre, para señalar su contenido delicado. Y aunque no podían ser leídas en la radio, la mayoría sí recibía respuestas, respuestas que también eran muy duras.

Por ejemplo, ante la carta de una madre que contaba que un vecino había dejado embarazada a su hija de 15 años por una agresión sexual, por una violación, Elena Francis le aconsejó dar al bebé en adopción. Cuando una mujer contó que su esposo era infiel, que la engañaba con otra persona, la recomendación de Francis fue: "Es mucho mejor que te hagas la ciega, sorda y muda. (Una persona ciega no puede ver, sorda no puede escuchar y muda no puede hablar). Continuaba su consejo diciendo: "Procura hacer tu hogar lo más agradable posible, y no pongas mala cara cuando él llegue". Y este es el consejo que Elena le dió a una mujer que era maltratada físicamente por su esposo: "Sé valiente, no descuides ni un solo instante tu arreglo personal, tu apariencia física. Y cuando él llegue a casa, debes estar dispuesta a complacerlo en todo lo que te pida". Cuando otra oyente contó que su esposo era homosexual, Elena le ofreció consejos para seducirlo y culpó a la esposa, insinuando que ella no había sido suficiente para él.

Elena nunca, nunca, nunca les aconsejaba a las esposas que abandonaran el hogar, sino que las animaba a soportar la situación, sin importar lo difícil que fuera. Recordemos que el divorcio estuvo prohibido en España hasta 1975.

Muchas veces, más que recibir alguna solución, estas mujeres, querían simplemente sentir que sus problemas eran compartidos por muchas otras mujeres, que eran parte de un grupo muy grande que pasaba por las mismas dificultades. Se podían sentir identificadas, y eso, probablemente, fue el secreto del éxito del consultorio.

También se encontraron muchas cartas de hombres, pero este no era el tipo de público al que estaba dirigido el programa. “Los chicos no escuchábamos a Elena Francis”, dice un periodista que vivió en esa época. O por lo menos, eso era lo que todos fingían o aparentaban. Por qué los hombres sí que la escuchaban. Este periodista cuenta que en medio de una cultura en la que el hombre y la mujer tenían un papel tan diferente en la sociedad, y en la que no estaba bien visto que el hombre hablara de sentimientos o emociones, porque se consideraba más bien una debilidad de carácter; el consultorio les dió la posibilidad a muchos chicos de escuchar un espacio donde se hablaba de sentimientos por primera vez.

La discriminación hacia todo lo que no encajaba con la familia tradicional en ese momento era muy evidente. Escucha esta respuesta de Elena a la carta de una oyente comprometida para casarse con un chico negro:

“El amor que sientes por tu novio negro, te impide ver más allá de tus propios sentimientos. Ese es un matrimonio que no te conviene bajo ningún concepto y conste que yo no dudo que el muchacho sea una bellísima persona. Escúchame bien, piensa en el futuro de tus hijos. Piensa en que tu novio, aunque resida en Barcelona, tiene otra cultura, otras costumbres, una familia de color. Y esas circunstancias empezarán a pesar sobre ti y cada vez con más fuerza. Piensa también en tu familia y en tus relaciones sociales en las que posiblemente tu esposo, a causa de su raza, no sería bien recibido. Además, yo sospecho que a la larga vuestro matrimonio se resentirá. Piensa que sois dos culturas encontradas, dos formas de entender la vida, dos religiones diferentes. Rompe pues ese compromiso aunque ahora te duele. Tu futuro sentimental, querida, está al lado de un hombre blanco como tú. Así que procura ser fuerte y reflexiona en todo lo que te he dicho”.

¿Y qué pasó cuando terminó la dictadura, para finales de los años 70?

Pues cuando terminó la dictadura y volvió la democracia a España, el consultorio continuó dando sus consejos a las mujeres por un poco más de tiempo. Pero, como ya quizás te lo estés imaginando, el programa fue perdiendo popularidad, hasta que dejó de transmitirse porque ya no tenía oyentes. Y es que España había cambiado. Ahora, en los años ochenta, España era un país en el que ya existía el divorcio y donde las mujeres trabajaban, y tenían más libertades, empezaban a vivir como ciudadanas de pleno derecho. Pero Elena Francis continuaba dando las mismas respuestas tradicionales de años atrás.

Así que el programa terminó y el último guionista, un hombre llamado Juan Soto, hizo la gran revelación: le contó a la audiencia del programas la verdadera identidad de Elena Francis, y como te puedes imaginar causó un shock o una sorpresa para muchos.

Me imagino la gran desilución, la gran decepción de todas las mujeres que habían escuchado a Elena durante décadas.

Obviamente este programa me parece una gran herramienta de manipulación y control del Franquismo, pero imagino que también ayudo a muchas personas a sentirse menos solas, a saber que sus problemas no eran únicos, aunque las soluciones a estos problemas no fueran muy correctos o adecuados.

También pienso en las consecuencias actuales, en lo que queda hoy en la sociedad española de ese programa que escuchaban millones de personas durante tantos años. Si esos valores y esos pensamientos todavía quedan en muchas personas de las generaciones pasadas y presentes.

Pero sobre todo pienso en el poder de la narrativa, en lo poderosa que siempre ha sido
la capacidad de contar historias y cómo estas pueden moldear nuestras percepciones y creencias. Este programa, cuestionable en su contenido y motivaciones, pone en evidencia el impacto que puede tener la narrativa en la vida de las personas.

Como de importante es que seamos personas críticas con la información que consumimos y de cuestionar las ideas preestablecidas, independientemente de si provienen de lugares más conservadores o progresistas. La narrativa tiene el poder de influir en nuestras actitudes y comportamientos, y el pensamiento crítico es la única forma de acercarnos a la verdad, y alejarnos de la manipulación. Yo siempre digo que debería haber una asignatura en los colegios que se llame pensamiento crítico. Superimportante.

Y estudiante, no me enrollo más. Muchas gracias como siempre por escucharme. Te espero en el próximo episodio.

¡Un abrazo grande!

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