E162 ¿Cómo ha cambiado el concepto del amor a lo largo del tiempo? - Español Intermedio - podcast episode cover

E162 ¿Cómo ha cambiado el concepto del amor a lo largo del tiempo? - Español Intermedio

Feb 15, 202425 minSeason 1Ep. 162
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¿Qué es el amor?

¿Es química?

¿Es una construcción social?

¿Cuál es su función?

En este episodio hablamos de esto y sobre todo de cómo ha cambiado el concepto del amor en Occidente en los últimos siglos: amor de conveniencia, amor cortés, amor victoriano, amor romántico y amor líquido.

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Episodio 162: ¿Cómo ha cambiado la idea del amor a lo largo de la historia?
Estudiante, antes de empezar quiero preguntarte si te resultan familiares estos nombres: Romeo y Julieta, Dulcinea y el Quijote, Frida Kahlo y Diego Rivera, o Rachel y Ross… ¿Te suenan? Lo que estas parejas tienen en común es que representan vínculos de amor tan potentes que, aún siendo de distintas épocas, sus historias nos llegan hasta el día de hoy y han contribuido a formar la idea que actualmente tenemos del amor.
En este episodio hablaremos de algo que casi todos hemos experimentado alguna vez en nuestras vidas y no siempre con un final feliz: el amor, una de las emociones y cuestiones más esenciales y complejas de la vida humana. Y lo hacemos aprovechando que esta semana se celebra San Valentín en muchos países.
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A ver, seguro que alguna vez te has preguntado: ¿qué es el amor? ¿cómo me doy cuenta de si esto que estoy sintiendo es amor o no? Seguramente has experimentado emociones ‘amorosas’, pero también es probable que hayas sentido confusión e inseguridad al respecto. Es muy posible que alguna vez te hayas enamorado hasta perder la razón, o que te hayan roto el corazón con crueldad. Quizás creíste toda tu vida que debes encontrar a tu ‘media naranja’, para casarte y vivir, como dicen en los cuentos infantiles ‘juntos y felices por siempre’… ¡Qué presión! ¿verdad? Tal vez estés en pareja desde hace muchos años y dudas si el amor continúa allí…¿se continúa amando cuando han desaparecido las mariposas en la barriga y otros signos de las primeras fases del estado amoroso? O también es probable que hayas sentido que tu forma de amar simplemente no encaja con lo que te han enseñado, o con aquello socialmente aceptable en tu entorno cercano. Puede que tú experimentes el amor de un modo distinto al de la mayoría.
Y es que, esa es una de las primeras preguntas que podríamos empezar a preguntarnos ¿hay una forma ‘correcta’ de vivir el amor? Por mi parte, estoy convencido de que hay tantas maneras de amar como personas en el mundo, ya que se trata de algo indiscutiblemente personal y singular. Además, otros factores como la cultura o la educación que hemos recibido también afectarán a cómo lo vivamos.
Vamos a empezar con la gran pregunta: ¿qué es el amor? Según el poeta y ensayista Octavio Paz, este término ha evolucionado con los años, adquiriendo diferentes significados dependiendo de la cultura y la época. Se ha reflexionado mucho sobre este concepto, definiéndolo de muchas maneras y siempre haciendo referencia a los sentimientos y emociones. Algunas definiciones, sin embargo, hacen especial hincapié, es decir, especial énfasis, en el amor como un sentimiento propio de las relaciones de pareja, es decir, de dos adultos que tienen una relación romántica. Y es que con el tiempo estas dos ideas (amor y pareja romántica) se fueron asociando, pero no siempre el amor fue algo inseparable de la pareja o del matrimonio.
En su libro “El amor es imposible”, el filósofo Darío Sztajnszrajber (lo siento, pero me es ímposible pronunciarlo) dice que el amor es incomprensible e imposible de definir, pero que vale la pena ‘deconstruirlo’, es decir, desarmar o revisar algunos de los supuestos que dan significado a la idea del amor y del modo en que es vivido en nuestra sociedad. Este filósofo señala algo que me ha llamado mucho la atención. Él dice: “el amor es una construcción social y cultural, es decir, no es natural y por lo tanto no hay, ni hubo, una única manera de experimentarlo”. Yo la verdad es que no estoy muy convencido de esto. No creo que el amor sea una construcción social.
Por cierto, vamos a hacer un pequeño paréntesis gramatical aquí. Este filósofo dice: el amor es una construcción social. Usamos el indicativo (es) para hacer una declaración. ¿Y qué es una declaración? Pues imagina a una persona en un juicio declarando delante del juez o la jueza. ¿Qué está haciendo cuando declara? Contando su versión de lo que sabe, piensa, supone, imagina… No es importante si lo que dice es verdad o no, puede mentir también.
Él filósofo declara diciendo: el amor ES una construcción social. Sin embargo, como yo no estoy de acuerdo con su afirmación o declaración, voy a rechazarla y uso el subjuntivo. Y yo digo: No creo que SEA una construcción social. ¿Por qué esto no es una declaración? Pues porque estoy rechazando la idea previamente dicha. Y rechazar algo es todo lo contrario a querer declararlo, ¿verdad?
Recuerda declaramos con el indicativo y no declaramos con el subjuntivo.
“El amor es una contrucción social”, pero “no creo que sea una construcción social”.
Y ahora, después de este pequeño paréntesis, vamos a continuar con su teoria.
Este autor dice que el ideal de amor romántico moderno, que se caracteriza por un sentimiento de fidelidad y afecto incondicional hacia una única persona, con la que además se comparte una familia, una casa, un proyecto económico, es en realidad una forma de entender el amor propia de Occidente (Western world), que se fue construyendo a lo largo del tiempo, con influencias de otras culturas y filosofías.
En definitiva, cada época y cultura, más allá de los casos individuales, tiene sus propias formas e ideas dominantes acerca del amor. Con esto nos referimos a aquellas maneras de pensar y actuar que tienen mayor aceptación o están ‘mejor vistas’ por la sociedad. Por ejemplo, en la actualidad, en Occidente, es aceptable que un matrimonio se establezca entre dos personas mayores de edad que se aman mutuamente. Por el contrario, no están bien vistos los matrimonios de conveniencia y el matrimonio con menores de edad está prohibido o estrictamente regulado. Algo que, en la Edad Media y Antigua era de lo más común, como veremos más adelante.
Ahora bien, incluso en Occidente, no es lo mismo amar a alguien bajo los patrones dominantes o más comunes que amar a contracorriente de lo socialmente aceptable, ir al contrario de lo que hace la mayoría. Pasa un poco como con el género, ¿no? En el episodio 122 reflexionamos acerca del modo en el que la sociedad nos impone o presiona sobre lo que es aceptable o no dependiendo de si somos un hombre o una mujer. Bueno, con el amor pasa algo similar, las ideas dominantes acerca de este sentimiento a veces nos pueden resultar un poco opresivas si no nos adecuamos a ese modelo. Estoy seguro de que, de un modo u otro, a todos en algún momento de nuestras vidas amar nos ha resultado difícil, porque verdaderamente trae mucho malestar intentar ajustarnos todo el tiempo a lo que ‘la sociedad’ espera de nosotros ¿no es cierto? Y no te hablo de cosas “extrañas”. Piensa por ejemplo en la típica presión que cualquier pareja va a recibir de forma más o menos sútil para ir completando las “fases” de una relación. Si estás en una relación con alguien durante unos años, pero continuáis viviendo en casas separadas, ¿por qué?. Si llevas diez años de relación, pero no os habéis casado, ¿por qué? ¡Ya es hora! Si lleváis casados más de dos años y no tenéis hijos, ¿por qué? ¿A qué estáis esperando? Te hablo de este tipo de cosas comunes, y también de necesidades más particulares que puedan hacer que una persona o una pareja no se sienta cómoda con la idea del amor dominante.
Cuando analizamos el pasado o vemos cómo se vive el amor en otras culturas podemos entender que, en realidad, no hay una única manera de amar que sea propia del ser humano. Justamente es todo lo contrario, lo que nos caracteriza como humanos es la diversidad y también, lógicamente, la historia, la evolución y la transformación de nuestra cultura.
Ahora, lo que vamos a hacer es un pequeño recorrido por las distintas formas que ha tenido la idea del amor a lo largo de la historia en la sociedad Occidental y cómo llegamos a la idea que tenemos hoy en día.
Empecemos por el principio… Según la antropóloga Helen Fisher, el amor como vínculo humano particular se puede situar en los inicios de la humanidad como especie. Ya sabes que los animales (no humanos) tienen periodo de celo, es decir el momento en que las hembras están disponibles para aceptar al macho en un encuentro sexual.
Sin embargo, los humanos empezamos a mantener relaciones sexuales en cualquier momento del año y de forma independiente a la búsqueda de reproducción de la especie. Así, de este modo, se generaron vínculos de cooperación y cuidado que permitieron a los primitivos humanos asegurarse la supervivencia y crear las primeras familias. Los miembros de estas familias empezaron a verse como parte de un grupo de pertenencia donde se sentían protegidos y de este modo se produjeron emociones que fueron transformándose en cariño o afecto.
Si avanzamos en el tiempo nos encontramos con el mito de Cupido (también conocido como Eros) y Psique, es un mito de la mitología griega. Esta quizás sea la primera reflexión sobre el amor de la que tenemos registro. Y es que no hay duda de que el amor es, ha sido y será una fuente de inspiración y creatividad. Un gran número de obras artísticas, plásticas, musicales, literarias, han sido dedicadas a las pasiones y sentimientos que despierta el amor. Es a través de estas obras, vistas como fuentes históricas, que podemos acercarnos al modo en que las personas vivían el amor en otras épocas y culturas.
El mito de Cupido y Psique nos explica la idea griega del amor como una fuerza poderosa, pero que también puede desencadenar, provocar, eventos dramáticos y transformaciones personales, que necesita de sacrificio. Por cierto, si vives en Londres o visitas Londres pronto te recomiendo visitar la galería permanente del Somerset House donde verás un cuadro del siglo XVIII titulado Cupido y Psique. Estuve el otro día, lo vi, y es por eso que hoy estoy hablando de esto. Me inspiró para hacer el episodio.
Si avanzamos un poco más a lo largo de la historia, vemos como en la Antigüedad y en la Edad Media los matrimonios también se realizaban mayoritariamente para asegurar alianzas o producir descendencia, reproducirse y tener hijos, es decir, que el sentimiento amoroso no era lo más importante.
Vamos a hablar de la historia de Abelardo y Eloísa, una historia real que tuvo lugar en el siglo XII en Francia, ¿la conocías? Abelardo, un erudito y filósofo, y Eloísa, su joven alumna, se enamoraron profundamente a pesar de que su relación era considerada inapropiada y escandalosa. Además de la diferencia de edad, existía entre ellos una brecha social, ya que él era de origen noble y ella no. Su amor terminó en un embarazo y matrimonio secreto, lo que desafió aún más las normas sociales y religiosas de la época, que decían que los matrimonios tenían que ser arreglados por las familias y no basados en el amor personal. Su relación fue prohibida y severamente castigada, con la castración de Abelardo y la reclusión de Eloísa. Esta forma de gestionar los matrimonios hizo que apareciera una forma particular de expresión amorosa: el ‘amor cortés’ durante la Edad Media. Según Octavio Paz, este tipo de amor se caracteriza por una intensa pasión, donde el hombre busca conquistar a la dama con la palabra, las poesías, las canciones... Lo diferente del amor cortés es que nunca se concreta físicamente, debido a las estrictas normas sociales. Las características del amor cortés son una idealización excesiva del ser amado, a menudo inalcanzable. El amante, generalmente, un caballero, servía a su dama con lealtad y devoción, aunque su amor no fuera correspondido. Por lo general, era un romance secreto y prohibido, ya que los matrimonios eran de conveniencia. Un ejemplo literario clásico del amor cortés es "El Romance de la Rosa", un poema en el que un joven caballero va de viaje en busca de una rosa, que representa el amor idealizado y la perfección femenina.
Y si hablamos de amor, literatura y España, ¿has escuchado alguna vez hablar de Don Quijote y Dulcinea? La relación entre estos personajes de la famosa novela de Cervantes puede interpretarse como una sátira del amor cortés, se ríe de él, y de las convenciones románticas predominantes en la literatura de esa época. Este es un tipo de escritura que utiliza la ironía o la burla para criticar o ridiculizar a personas, instituciones, ideas o comportamientos. Cervantes, el autor, usa a los personajes de Don Quijote y Dulcinea para satirizar, es decir cuestionar y burlarse, de algunos aspectos del amor cortés.
Más adelante en la historia, aparece una nueva expresión de amor conocida como “amor burgués” y “amor victoriano”. En esta forma amorosa la pasión que antes existía sin llegar a concretarse fisicamente cambia completamente, ya que no se concibe una relación sin consumación y matrimonio. Algunas de las obras literarias más conocidas que exploran este vínculo en la sociedad burguesa son: Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, Anna Karenina, de León Tolstoi y Mujercitas de Louisa May Alcott. Seguramente has oído hablar de estas grandes obras, pero sobre todo habrás visto muchas referencias a este tipo de relaciones en las películas de amor o películas románticas actuales.
Y vemos cómo se va transformando a lo largo del tiempo la idea de amor que conocemos hoy en día. Hoy vivimos todavía en la época del amor romántico de algún modo. El inicio de este lo podemos encontrar en la Europa Occidental de los siglos XVIII y XIX, en el contexto del Romanticismo, claro.
Durante esta época, hubo un cambio muy significativo en las actitudes hacia el amor y la relación de pareja. Estos cambios estuvieron influenciados por movimientos culturales, literarios y filosóficos que básicamente decían: oye, vamos a dejar de poner la importancia en la conveniencia de juntar a dos personas y pensar más en la emoción, la individualidad y la expresión personal. Así que podemos decir que el amor romántico aparece de alguna forma como una reacción en contra del matrimonio arreglado o de conveniencia, a las relaciones basadas en la conveniencia económica o social.
En esta época el amor, la pasión y el deseo se empiezan a considerar la base fundamental de la unión matrimonial y las relaciones de pareja.
Y ya estamos llegando al final, estudiante.
Después de este recorrido llegamos a la sociedad actual, a lo que hoy entendemos por amor. Aunque es verdad que el amor romántico continúa siendo un ideal significativo, la realidad (la dura realidad) nos muestra que las tasas de divorcio y separación son cada vez más altas, por lo que el amor como un vínculo eterno (que es lo que nos vende el amor romántico) ya no tiene tanto apoyo en la sociedad actual.
Hemos visto que el amor ha evolucionado desde el amor de conveniencia, el cortés, el victoriano, el amor románico. ¿Y ahora qué? ¿Cómo es y será el amor moderno en los próximos años?
Pues es posible que esté apareciendo lo que Anthony Giddens denomina ‘amor confluente', que se refiere a una relación de pareja con igualdad entre sus miembros, enfocada en el presente y en la autonomía individual. Se reconoce así que una relación de pareja puede ser para toda la vida, o puede no serlo.
Otro punto de vista interesante lo hace Zygmunt Bauman en su libro “Amor líquido” donde explica que las relaciones amorosas en la actualidad no son ajenas a la transformación de otros aspectos sociales, es decir, que los cambios sociales afectan a cómo nos relacionamos en pareja. Bauman argumenta que las instituciones, las relaciones e identidades contemporáneas son cambiantes y fluidas, a diferencia de la solidez y estabilidad de otras épocas. De este modo las relaciones humanas, incluido el amor, se han vuelto más precarias y fugaces, más breves. Las personas tienden a mantener relaciones menos duraderas y más superficiales, en parte debido a la incapacidad de comprometerse a largo plazo en un mundo cambiante y lleno de opciones.
Vamos a usar el caso de España para ilustrar esto. A día de hoy, la edad media para irse de casa de tus padres, es decir, independizarse, o abandonar el nido, es a los 30 años. Sí, sí has oído bien. Sé que para muchas personas este dato puede ser bastante sorprendente, pero esto es real. No es exactamente porque quieran hacerlo, sino porque en muchas ocasiones no tienen otra opción. El porcentaje de personas jóvenes sin trabajo en España es muy alto desde hace décadas y los precios de la vivienda se incrementa a un ritmo muy superior a la de los salarios.
Hay una expresión que dice: casado, casa quiere. Es decir, si estás en una relación con tu pareja, no importa si estás casado o no, necesitas de cierta privacidad e independencia con tu pareja, pero si no puedes por cuestiones económicas es muy difícil construirla.
Para una persona joven española, especialmente si es de clase trabajadora y no puede recibir ayuda económica de sus padres, un panorama muy frecuente es el de trabajos precarios y acceso a la vivienda precarios, lo que ¡sorpresa” (sorpresa para nadie) puede hacer que las relaciones que construyan sean más precarias también, y que si consigan construirlas todo se haga mucho más tarde de lo que se espera. Y esto a su vez también implica que las personas se conviertan en madres y padres más tarde, y que tengan menos hijos. Y eso, pues no es bueno ni para la economía y probablemente tenga efectos negativos a nivel social. Y por supuesto hay más factores a considerar, pero creo que el de la precariedad en esta sociedad y economía líquida es uno de los más importantes.
Espero estudiante que este viaje temporal por cómo ha ido evolucionado el amor a lo largo del tiempo te haya gustado. Yo he disfrutado mucho contándotelo. Como hemos dicho, una de las particularidades del amor es que puede ser una experiencia muy particular. A mí el episodio me ha ayudado a preguntar qué es para mí el amor.
En mi experiencia, creo que no es algo exclusivamente que tengamos que sentir únicamente hacía nuestras parejas. Ya sabes que en español tenemos el verbo querer, pero también amar, que es, por simplificarlo, querer con más fuerza o intensidad. Yo quiero a mucha gente, y amo a unas pocas. Mi familia cercana, mis mejores amigos y mi pareja están en mi círculo del amor. Los amo y entiendo el amor como una necesidad recíproca (esto es muy importante para mí). No es solo amar a alguien, también es ser amado. Amor es cariño, protección, empatía, generosidad, complicidad, entendimiento. Amor es paciencia también… ¡Son muchas cosas!
Y luego, si hablamos exclusivamente del amor hacía una pareja, lo entiendo como las cosas que ya he dicho, y además estaría incluido el deseo sexual, la atracción, claro. Aunque no creo que tenga que ser un factor decisivo, creo que depende de la pareja. Y luego también, en el caso del amor hacía una pareja creo que el compromiso es importante, tener un proyecto de vida, que esa persona sea tu compañera de viaje, ¿no? Y para eso, y ya termino, creo que sí que es muy importante que las personas compartan una serie de valores. No tienen que ser iguales, por supuesto, pero sí que tiene que haber un “match” una coincidencia de los valores fundamentales, en mi opinión.
Estudiante, mucho amor para ti. Muchas gracias por este ratito. Si quieres darle amor al pódcast recuerda que la mejor forma de hacerlo es recomendándolo a otras personas que estudien español o con una valoración en la app de pódcast desde la que me escuches. ¡Mil gracias!
Te espero en el próximo episodio.
¡Un abrazo grande y amoroso!
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