Hoy hablamos básico, episodio 8, en busca del dinosaurio. Bienvenido al podcast para aprender español con historia. Puedes ver la transcripción, las explicaciones de gramática y los ejercicios relacionados con la historia de hoy en nuestra web. hoyhablamos.com barra básico. Hoy tenemos una historia para practicar vocabulario de la casa y de los muebles. También vamos a practicar las palabras y expresiones para indicar la posición de las cosas. Comenzamos.
Ana ha terminado de hacer sus deberes del colegio. Es una joven muy estudiosa y todos los días hace sus tareas. En la casa empieza a oler muy bien. Huele a la comida que está preparando su madre para la cena. Ana sale de su cuarto y va a la salita para ver un rato la televisión. Hasta la hora de cenar. Al entrar en la salita, ve a su hermano pequeño, Felipe, de rodillas. y mirando debajo del sofá. —¿Qué haces, Felipe? —le pregunta Ana.
Su hermano se pone de pie y la mira. Tiene los ojos mojados porque está llorando. ¿Qué te pasa? Pregunta Ana, preocupada. ¿Qué no está Dino? Responde Felipe entre lágrimas. Dino es uno de los regalos que recibió Felipe por su cumpleaños. Es un dinosaurio de peluche y ahora es su juguete favorito. ¿Cómo que no está? ¿No lo encuentra? Felipe responde que no con la cabeza. Entonces Ana le propone. Pues venga, vamos a buscarlo juntos.
Felipe mira a su hermana, sonríe y se limpia las lágrimas con la manga del jersey. «Vale, vamos a buscarlo», exclama con una sonrisa. Ana piensa durante unos segundos y organiza la búsqueda del dinosaurio. «Bueno, yo busco aquí en la salita y tú buscas en tu habitación, ¿vale?», le dice a su hermano. Vale, responde él y sale hacia su dormitorio. Ana se pone con los brazos en jarra mirando toda la salita. Decide empezar a mirar debajo del sofá.
Enciende la linterna de su teléfono móvil, se pone de rodillas y mira bien debajo del enorme sofá de la salita. Nada. Ahí no está Dino. Mira también debajo y detrás de los dos sillones. Tampoco está ahí el dinosaurio. ¿Dónde puede estar? se pregunta. De repente, sale corriendo de la salita y vuelve un minuto después cargada con una escalera de mano. La abre y la pone delante de un mueble donde sus padres guardan los platos buenos para la cena de Navidad.
Se sube y busca a Dino encima del mueble. Pero ahí tampoco está. Mientras tanto Felipe está buscando en su dormitorio. Mira también debajo de la cama, detrás de la mesilla de noche. y entre los cojines que están encima de la cama. Nada. Dino no está ahí. Tampoco está ahí. Felipe empieza a morderse la uña del pulgar derecho, la uña del dedo pulgar Algo que hace cuando se pone a pensar o cuando está nervioso. Entonces se dirige al armario. Lo abre.
Y busca dentro del armario, en medio de todos sus jerseys y pantalones. Pero tampoco está ahí su juguete. Cuando Felipe está a punto de volver a ponerse a llorar, Ana asoma la cabeza por la puerta y le pregunta. ¿Lo has encontrado? No, responde él con tristeza. Bueno, pues vamos a seguir buscando, dice Ana para animarlo. ¿Te acuerdas de la última vez que lo has visto? Felipe inclina la cabeza para pensar y responde que no, que no se acuerda.
Vale, pues podemos buscar en la habitación de los papás. ¡Sí, sí! exclama Felipe. Para él, entrar a la habitación de sus padres Es como una aventura porque normalmente no les dejan ir allí. Normalmente no les dejan entrar. Ana y Felipe caminan decididos por el pasillo hacia la habitación de sus padres cuando están a punto de abrir la puerta oyen detrás de ellos la voz de su madre. ¿Se puede saber dónde vais?
Los dos se giran rápidamente. Felipe mira hacia el suelo y es Ana la que tiene que hablar. Mamá, es que estamos buscando a Dino, que Felipe no lo encuentra. Y lo vais a buscar en mi habitación. Es que no sabemos dónde más buscar. En la salita no está. Y tampoco en nuestros dormitorios. Bueno, venga, entrad a buscarlo, pero no desordenéis nada, dice la madre. Gracias, exclaman a la vez los dos niños y entran corriendo al dormitorio.
Igual que en el dormitorio de Felipe, buscan debajo de la cama de matrimonio y detrás del tocador de su madre. Incluso abren el enorme armario ropero, pero es tan grande que no pueden encontrar tampoco ahí al dinosaurio. Los dos hermanos vuelven tristes y agotados a la salita. Se sientan ruidosamente en el sofá. De repente, Felipe se pone de pie de un salto. Ana lo mira y se levanta también rápidamente. Los dos vuelven corriendo al pasillo y entran al cuarto de baño.
Empiezan a buscar dentro de la bañera, detrás del váter y encima de la lavadora. Pero tampoco encuentran nada. ¿Dónde estará el muñeco? Desde la cocina se oye la voz de su madre que grita, niños, ¿qué queréis para cenar? Felipe responde, también a gritos. No lo sé, mamá. Estamos muy ocupados buscando a Dino. Entonces la madre vuelve a preguntar. Bueno, pero ¿qué preferís? ¿Verduras a la plancha, hamburguesas o filete de dinosaurio?
Cuando los niños oyen las palabras filete de dinosaurio, se quedan quietos, mirándose el uno al otro. salen corriendo a la cocina. Al entrar, se encuentran con su madre sonriendo delante del frigorífico, que está abierto. Cuando miran dentro de la nevera ven a Dino encima de un paquete de queso Gouda. ¡Dino! exclama Felipe. ¿Qué haces ahí? El niño se lanza al frigorífico y abraza a su muñeco favorito. No tiene ni idea de por qué está ahí el dinosaurio de peluche.
pero por fin está con él. Los hermanos cierran la nevera mientras su madre sigue preparando la cena. Por fin ha terminado la búsqueda del dinosaurio perdido. Ana y Felipe están satisfechos. El muñeco, aunque un poco frío y con olor a tortilla de patatas, está a salvo y listo para volver a jugar. A veces, las cosas que buscamos están en los lugares menos esperables. Hoy ha sido un día largo y emocionante y ahora todo está bien.
A partir de ahora, si Felipe pierde un juguete, el primer lugar donde va a buscarlo es el frigorífico. Este es el final de la historia. Muchas gracias por escuchar este podcast. Puedes ver la transcripción, las explicaciones de gramática y los ejercicios relacionados con esta historia en nuestra web. hoyhablamos.com