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Hay un avión que revolucionó el transporte en España: el Concorde. Entre 1976 y 2003, fue la única nave capaz de hacer trayectos en la mitad de tiempo que un vuelo comercial. Cuando lo normal es que un vuelo entre Madrid y Nueva York dure siete horas, el Concorde lo conseguía en tres horas y media a dos mil kilómetros por hora. ¿Cómo era ser pasajero del Concorde? Champagne, caviar, menú diseñador por chefs franceses, terminales exclusivas en determinados aeropuertos y una capacidad para 100 pasajeros. Algo íntimo y exclusivo que aun así tuvo quejas por los afortunados que tuvieron la oportunidad de vivir la experiencia: "Los pasajeros se quejaban de que no había intimidad. "Los asientos eran de dos en dos, algo incomprensible en el mundo del lujo de ahora. Tendría que haber mini cabinas individuales", explica Gallego. Hoy, el billete costaría entre 18000 y 20000 euros.